Piden la extradición de un represor a Alemania que se niega porque tiene ciudadanía alemana

Podría ser esta una de las historias situadas en Europa y llevadas a la ficción por el chileno Roberto Bolaño. Pero no. Esta es la historia invertida, la de un represor,y

no la de una víctima de las cruentas dictaduras que gobernaron la región entre los setentas y los ochentas.

En los últimos días, la Argentina volvió a remover su pasado. Un periodista del diario alemán Bild encontró a Luis Esteban Kyburg viviendo en Berlín. Se trata del segundo comandante de la Agrupación de Buzos Tácticos de la Base Naval de Mar del Plata, con grado de teniente de fragata, entre febrero y noviembre de 1976, meses entre los más duros del terrorismo de Estado que ejerció la última dictadura militar. Su jefe era el temible Rafael Alberto Guiñazú, a quien la justicia condenó a tres cadenas perpetuas, dos firmes, por delitos de lesa humanidad.

Kyburg tiene hoy 72 años y está profugado de la Justicia argentina desde 2013. El padre de Kyburg era alemán y apenas cayó la dictadura tramitó dicha ciudadanía en la embajada germana de Buenos Aires. Ese es el problema que tienen las familias de sus víctimas hoy. Alemania rechazó ya en 2015 su extradición, porque no extradita a sus ciudadanos.

“¿Un torturador caminando aquí por Berlín?”, se pregunta el Bild en su título de su amplio sobre la vida de Kyburg allí. El popular tabloide alemán accedió al marino, quién parece llevar una vida de los más confortable en Prenzlauer Berg, en Berlín oriental, pequeño reducto de intelectuales, artistas, estudiantes y gays de la Alemania comunista. Barbudo y en buen estado físico, Kyburg suele pasear por sus parques e ir a la panadería del barrio a comprar croissants en compañía de su esposa.

Luis Esteban Kyburg, represor argentino de la última dictadura. Gentileza, diario Bild, de Alemania

En la entrevista con el Bild consideró que sus viejos camaradas condenados por abusos a los derechos humanos eran “buenas personas e inocentes”. Y negó los abusos cometidos diciendo en su grupo tareas, diciendo que eran sólo buzos “que entraban y salían del agua”.

El fiscal General Federal ante la Cámara Federal de Mar del Plata, Daniel Adler, le dijo a Clarín que sobre Kyburg pesan 25 homicidios comprobados y 63 privaciones ilegales de la libertad y torturas, en el marco de las varias causas por violaciones a los derechos humanos cometidas en Mar de Plata por él y otros represores. Tuvo numerosos otros puestos de jefaturas hasta el final de la dictadura y se afirma que cobró pensión con veterano de Malvinas, en un hecho no muy claro. Consultadas de manera insistente fuentes de la Armada por Clarín afirmaron que, debido a la cuarentena, “no hay acceso a esos archivos”. Pero Kyburg tuvo muy buenas calificaciones de sus superiores.

El Juzgado Federal de Mar del Plata N° 3 imputó a Kyburg en la causa “Base Naval 5” (causa 44447/2004) en 2013 y emitió orden de captura internacional. Para entonces ya se había ido del país por tierra desde Gualeguaychú. Y antes de llegar a Alemania, estuvo en los Estados Unidos, adonde viviría una hija. Una recompensa de la justicia ofrece desde hace años 500.000 pesos por información sobre él.

Luis Esteban Kyburg, represor argentino de la última dictadura. Gentileza, diario Bild, de Alemania

Tan sólo en Mar del Plata se registran entre 250 y 300 desaparecidos, contó por su parte a este diario Carlos Díaz, presidente de la Asociación de Familiares de Detenidos de Desaparecidos, de la ciudad balnearia. Aseguró que Kyburg “formó parte de la patota” que provocó una “carnicería” en toda la zona. Se refiere a la devastadora acción de los grupos de tarea que actuaron a sus anchas en Mar del Plata durante el último régimen militar (1976-1983). Contó Diaz que la base formó parte del esquema de los llamados Vuelos de la Muerte, en los que se arrojaban al Atlántico, muertos o vivos y drogados, a los detenidos del régimen militar. Y que él mismo oyó en los testimonios que a veces llevaban bolsas con los dedos cortados a quienes eran arrojados para que no hubiera huellas dactilares en los cuerpos arrojados.

“La Fiscalía y el Juez hicimos todo lo posible para juzgarlo en la Argentina. El juez federal Santiago Inchausti libró su orden de captura internacional y encontrado en Alemania su extradición fue rechazada por ese país. Nuestra idea es que se trata de una persona que tenía poder de mando, en una estructura organizada de poder”, señaló a Clarín por su parte Adler.

Carlos Díaz dice que ahora a lo que apuntan es a demostrar en Alemania que Kyburg es un hombre que “ha cometido crímenes de lesa humanidad y que lo puedan juzgar allá”. Según pudo saber a Clarín a través del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) desde 2017 “hay argentinos siguiéndolo de cerca en Berlín”. Y están contactados con el caso a traves del Centro Europeo por los Derechos Humanos Constitucionales (ECCHR, en inglés), que dirige Wolfang Kaleck.

Luis Esteban Kyburg, represor argentino de la última dictadura, junto al periodista de Bild que lo entrevistó. Gentileza, diario Bild, de Alemania

Díaz está casado con la hermana de una de las víctimas, Anahí Marocchi, hermana de Omar Alejandro Marocchi, desaparecido por un grupo de tarea en Mar del Plata a fines de 1976. Omar tenía 19 años al momento de desaparecer. Militaba en la Juventud Peronista y en Montoneros. Su paradero se desconoce por completo y su historia es muy singular porque su padre fue un militar de la Fuerza Aérea que, con su madre, lo buscó hasta el último día de vida de este matrimonio.

Ahora es su hermana sigue la tarea y es una de los familiares que persiguen a prófugos de la justicia como Kyburg “No queremos que queden huecos en la justicia. Es una de nuestras tareas que no quede impunidad como principio para nadie, por lo que significa escribir la historia hacia delante de todas estas aberraciones Coincido con que no se lo puede extraditar por la legislación alemana”. Entonces “lo que esperamos es que la justicia alemana actúe como tal y se pueda llevar a juicio a este señor allá, dado que él se ha amparado absolutamente en la nacionalidad para no presentarse ante la justicia. Esperamos que Alemania no ampare a alguien que está haciendo mal uso de esa nacionalidad”, dijo desde Mar del Plata a Clarín.

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