La gira más difícil de los Reyes

Con un país arruinado por la pandemia, unos ciudadanos angustiados por su futuro, el malestar ocasionado por las noticias sobre Don Juan Carlos y las presiones del Gobierno a Don Felipe para

que aleje más a su padre, este mes de julio no parecía el más favorable para que los Reyes recorrieran España y se expusieran al imprevisible contacto con la calle. No era, desde luego, el momento más propicio para un baño de masas. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, el resultado ha sido muy positivo: el objetivo de Don Felipe y Doña Letizia era reconocer y ayudar a los ciudadanos en unos momentos de extrema gravedad y, como se ha visto a lo largo de la gira, el apoyo ha sido recíproco.ç La gente ha agradecido el gesto de los Reyes y, en líneas generales, ha dejado al margen el enfado con Don Juan Carlos. También en Cataluña, a pesar del boicot separatista, decenas de personas se acercaron al Monasterio de Poblet, en Tarragona, para recibir a los Reyes. «Hemos sentido el cariño y el reconocimiento de muchas personas», afirmaba Don Felipe el pasado jueves desde Asturias, donde terminó la única gira por las 17 Comunidades autónomas que los Reyes han realizado en sus seis años de reinado. Una gira bajo presiones Mientras Don Felipe y Doña Letizia se disponían cada mañana a desplazarse a una Comunidad para escuchar los problemas de la gente de la calle, los resúmenes de prensa traían machaconamente la misma noticia, en versiones distintas, a veces contradictorias y muchas falsas. Durante esos días, se anunciaron comunicados inminentes de la Casa del Rey para el pasado 19 de julio, que nunca existieron; se publicaron supuestas intenciones de Don Juan Carlos de abandonar La Zarzuela, y al mismo tiempo se afirmaba lo contrario, que se negaba a hacerlo; se llegó a decir que mientras Don Juan Carlos siguiera en La Zarzuela, el Gobierno no podría reunir apoyos para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado; se hablaba de cuestaciones para mantener al padre del Rey cuando tuviera que dejar su casa, de hipotéticas retiradas del título de Rey, de destinos para un supuesto exilio y de estrategias judiciales, cuando todavía no hay acusación alguna. Todo ello, salpicado de escandalosas noticias sobre Don Juan Carlos, según la versión construida por una examiga despechada, Corinna Larsen, y un ex comisario preso y corrupto, José Manuel Villarejo. Durante toda la gira, el Gobierno ha estado presionando al Rey, a través de los periodistas, para que adoptara más medidas contra Don Juan Carlos. De esta forma, se quería hacer creer que las decisiones adoptadas por Don Felipe el pasado 15 de marzo no eran suficientes, a pesar de su contundencia y de que no tienen precedente en España en ningún partido político ante casos de corrupción condenados con sentencia firme. Como se recordará, además de renunciar a la herencia de fondos que pudieran ser poco transparentes, Don Felipe retiró a su padre la asignación anual. Curiosamente, el Rey que trajo la democracia es ahora el único servidor del Estado español que no recibe ni asignación ni pensión alguna. En el comunicado del 15 de marzo, la Casa del Rey también dejó claro que, en adelante, sería el abogado de Don Juan Carlos, Javier Sánchez-Junco, «quien proceda a dar cuenta públicamente de las informaciones que le puedan afectar y se consideren procedentes», de manera que se daban por terminadas las medidas adoptadas por el Rey. No obstante, el Gobierno continúa con sus presiones al Jefe del Estado y algunas de las medidas que pide son tan sorprendentes como que Don Felipe expulse de su vivienda a su anciano padre, de 82 años, en plena pandemia, algo que jamás se ha exigido a nadie en la democracia reciente. Además, en el caso de que Don Juan Carlos no pudiera residir por derecho propio en La Zarzuela, siempre podría hacerlo como padre del actual Jefe del Estado, sostienen fuentes monárquicas, de la misma forma que se ha consentido que algunos presidentes del Gobierno se llevaran a sus padres a vivir a La Moncloa. Otra de las medidas que se pide a Don Felipe es que retire a su padre el título del Rey, como si bastara un real decreto para borrar los 39 años del reinado que devolvió la democracia a los españoles. Una vez finalizado julio sin novedades, el Gobierno ha reforzado sus presiones a Don Felipe, y ahora desde Moncloa se filtra a la prensa afín que se sigue esperando el comunicado con las nuevas medidas. De esta forma, se ha ido generando una expectativa que, si no se cumple, podría decepcionar a quien la espera, pero si se cumple trasladará la impresión de que el Rey ha reaccionado a remolque del Ejecutivo. Estas presiones más o menos disimuladas se suman a las declaraciones realizadas en público por algunos miembros del Gobierno que tratan de utilizar el malestar ocasionado por las últimas noticias sobre Don Juan Carlos para desgastar la Monarquía. El apoyo de Sánchez En esas circuntancias, Sánchez hizo unas declaraciones el pasado lunes, durante una entrevista en televisión, en la que hizo una defensa rotunda de la Monarquía -«no encontrarán al PSOE en ningún intento de socavar las instituciones ni menoscavar el marco constitucional», afirmó-, pero estas afirmaciones pasaron inadvertidas para los medios de comunicación, que le dieron escasa credibilidad. Entre los defensores del actual orden constitucional, se tiene el convencimiento de que la estrategia de los republicanos consiste en explotar al máximo el escándalo de las cuentas de Don Juan Carlos para intentar eclipsar su brillante legado histórico, y en forzar a Don Felipe a asumir unas medidas que, a la larga, se le volverían en contra, porque sin Monarquía sería mucho más sencillo demoler el sistema de 1978, que garantiza la alternancia política y la salud democrática. Sin vacaciones Mientras tanto, La Zarzuela está inmersa en una intensa actividad exterior, en la que los Reyes han apostado por la cercanía con la gente. Una línea de trabajo que se atribuye a la pandemia pero que también refuerza los vínculos afectivos entre la Corona y los ciudadanos. Además, en varias ocasiones, los Reyes han estado acompañados por sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, que incluso se sumaron a la visita a Extremadura. La Casa del Rey también ha anunciado que los Reyes no tendrán vacaciones este verano. El próximo fin de semana viajarán a Palma, donde mantendrán gran actividad institucional, visitarán las demás islas Baleares y el 17 regresarán a Madrid. El regalo de Don Juan Carlos que disfrutaron Zapatero y Sánchez En plena polémica por el supuesto regalo del Rey de Arabia Saudí a Don Juan Carlos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha elegido Lanzarote para pasar unos días de vacaciones. Precisamente en esta isla se encuentra el Palacio de La Mareta, una paradisiaca residencia que el Rey Hussein de Jordania regaló a Don Juan Carlos en 1989 y que el entonces Monarca podía haber vendido, pero lo donó a Patrimonio Nacional, es decir al Estado. Tanto Aznar, como Rodríguez Zapatero y Sánchez han disfrutado con sus familias de este regalo de Don Juan Carlos. El presidente del Gobierno pasó en La Mareta la Nochevieja de 2018. El delegado del Gobierno en Canarias ha confirmado la presencia de Sánchez en Lanzarote del 4 al 11 de agosto, pero no ha precisado si se hospedará en La Mareta, donde recientemente se han instalado unos paneles en parte del muro para reforzar la intimidad de sus huéspedes.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/casa-real/abci-gira-mas-dificil-reyes-202008020211_noticia.html

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