Neymar, doble contagio al PSG

Lesionado para la vuelta contra el Real Madrid en el emparejamiento de octavos de hace dos temporadas y fuera también del equipo por lesión en la eliminatoria contra el United del curso

pasado. A nivel continental, la hoja de méritos de Neymar en el PSG era una ruina para el equipo parisino, que acumulaba fracaso tras fracaso con el brasileño como espectador de lujo desde la enfermería. No se gastó Nasser Al-Khelaifi 222 millones de euros para que Neymar acumulara ligas y copas de Francia. Para ese viaje no hacía falta tal alforja. Tres años después de su fichaje, la inversión por fin está a punto de cumplir su cometido. A pesar de estar muy desacertado de cara a portería y de no tener suerte con los palos, la final a ocho de la Champions de Neymar en Lisboa es caviar beluga. Con Mbappé aún renqueante de la lesión sufrida hace un mes en la final de la Copa de la Liga, el brasileño se ha echado el liderazgo a la espalda. Tuchel tiene también su cuota de culpa, colocando a Neymar de ‘10’, en lugar de pegarle a la banda izquierda. Desde ese rol, el brasileño mueve todo el arsenal ofensivo del PSG, y explota su privilegiada técnica con regates, caños, cambios de ritmo, pases y filigranas, acciones imposibles de parar si no es con una falta. Sentar la cabeza Fino, atrevido y comprometido, Neymar nada tiene que ver con el jugador que el pasado verano presionaba en la sombra para regresar al Barcelona. Aquel viaje de vuelta fallido al Camp Nou le hizo abrir los ojos brasileño, camino de ser una fotocopia de Ronaldinho e iniciar su declive con 28 años. Para su propio destino, el del PSG y el de los amantes del fútbol espectáculo, Neymar supo esquivar esa calle sin salida que estaba a punto de tomar y dirige de nuevo el rumbo de su carrera hacia un reto apasionante, hacer por primera vez campeón de Europa al PSG. Para ello, ha puesto todo su talento futbolístico y, lo que es más importante, su profesionalidad al servicio del equipo. Ya fue clave en la eliminatoria de octavos ante el Borussia para remontar el 2-1 de la ida en Dortmund. Y en Lisboa, sus actuaciones ante Atalanta y Leipzig han sido de la magnitud que se espera de un futbolista de su talla, justo en el momento preciso para llevar a la gloria al PSG. El liderazgo sobre el verde de Neymar también se extiende fuera del terreno de juego. Juegue bien, mal o regular, lo que nunca va a cambiar es su jovial personalidad, un adolescente dentro de un cuerpo de adulto. Su show adentrándose en el estadio tras bajarse del autobús con un altavoz XXL en su mano y la música a toda pastilla habla por sí sola. Amante de la música, la fiesta y la diversión, como buen brasileño, ha logrado contagiar esa felicidad que lleva en su ADN al resto del vestuario. Las celebraciones tras pasar a semifinales y a la final, lideradas por Neymar, muestran a un PSG unido, algo que no había sucedido hasta ahora. A la hora de hacer el ‘payasete’, también son una piña: «Somos una familia y compartimos el mismo objetivo», decía el brasileño tras la remontada al Atalanta en cuartos. Tras la semifinal, no atendió a los medios pero ya se encargó de mostrar su alegría en su cuenta de Instagram, subiendo un storie en el que aparecía de fiesta en un barco con una lata de Red Bull en la mano, imagen acompañada del mensaje «Pai ta na final», (estoy en la final). Vacile de Neymar en la línea de unos exageradis festejos cuando aún no han ganado nada, pero Neymar es como es, y la prudencia nunca ha sido la mejor compañía del brasileño ni de este PSG con el dinero por castigo: «Hemos venido aquí para llegar a la final y para ganarla», sentenció Tuchel tras el 3-0 al Leipzig. Entre los pocos que mantuvieron la serenidad estaba el presidente, Nasser Al-Khelaifi, que seguramente es el que más ha sufrido en estos casi nueve años de propiedad catarí en el PSG. 1.300 millones en fichajes para acumular eliminaciones en octavos y cuartos de la Champions, algunas de ellas esperpénticas, como en los octavos de 2017 con aquel 6-1 ante el Barcelona en el Camp Nou, resultado que le daba la vuelta al 4-0 de la ida en en el Parque de los Príncipes; o el adiós contra un United plagado de suplentes, también en octavos, el curso pasado. «Llevamos buscando esta final mucho tiempo. Es realmente un sueño el haber llegado hasta aquí. Desde 2011 y por fin lo hemos conseguido. Es una de las mejores noches de mi vida y estoy contento de que todos los aficionados estén disfrutando en estos momentos, de corazón», reflexionaba el dueño del PSG. Lo que no sabía es que algunos de esos hinchas, los radicales, la liaban en las calles de París con una vergonzosa celebración sin mascarilla ni distancia de seguridad. El único lunar en la noche más importante de los 50 años de vida del PSG.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-neymar-doble-contagio-202008200046_noticia.html

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