Pablo Casado respondió ayer a las acusaciones que le lanzó Cayetana Álvarez de Toledo después de ser destituida como portavoz del Congreso, el pasado lunes. El presidente del PP aprovechó su discurso
en la Junta Directiva Nacional para defender los nuevos nombramientos en el partido y censurar la forma de hacer política de la antigua portavoz, a la que solo mencionó una vez, al principio de su intervención, para enviarle este mensaje: «Gracias por todo, Cayetana, ésta será siempre tu casa y puedes contar conmigo para lo que quieras». Álvarez de Toledo le estaba escuchando en directo, conectada por vía telemática a la Junta Directiva Nacional. No pidió la palabra en ningún momento de la reunión, y escuchó cómo el presidente de su partido pedía a los suyos que no cayeran en el error de «cavar trincheras» y utilizar «palabras como puños». La sombra de la exportavoz estaba claramente detrás de esa advertencia, como en buena parte del discurso de Casado, quien reivindicó su proyecto político, «que está más vigente que nunca». Solo asistieron de forma presencial a la Junta Directiva, el máximo órgano del PP entre congresos, los miembros del Comité de Dirección, incluidos Cuca Gamarra, como nueva portavoz del Congreso, Ana Pastor, como vicesecretaria de Política Social, y José Luis Martínez-Almeida, como portavoz nacional. El puesto del alcalde depende de forma directa de Pablo Casado, y el organigrama aparece, al menos visualmente, como número tres del PP, aunque en Génova aclararon que en realidad su rango sería similar al de los vicesecretarios. Los populares cerraron filas con Casado después de esta semana tan movida. Ayer se mantenía la incógnita sobre el futuro de Álvarez de Toledo como diputada y como militante del PP. La portavoz ha tenido pocos apoyos expresos dentro del partido estos días, aunque uno de ellos ha sido el del presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, quien lamentó su salida y le abrió la puerta en Cataluña para contar con ella en el futuro. La exportavoz espera a que se calmen las aguas para tomar una decisión sobre sus pasos. Mientras tanto, la dirección nacional se volcó en trasladar un mensaje de unidad interna. En la reunión, solo tomaron la palabra Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso. El primero dio su apoyo expreso a las decisiones del líder del PP y auguró que este partido será alternativa «más pronto que tarde». Feijóo felicitó a Almeida y bromeó con sus colores futbolísticos: «Lo bueno de que el portavoz sea del Atleti es que está acostumbrando a sufrir y a perder». Ayuso, al tomar la palabra, defendió la necesidad de que haya «equipo, equipo y equipo», por encima de los individualismos. Sánchez, de vacaciones En su intervención ante el plenario, Casado acusó a Sánchez de dejación de funciones en plena oleada de coronavirus. «La primera le pilló convocando las manifestaciones del 8 de Marzo, y esta le ha pillado instalando mosquiteras de vacaciones en Doñana». A su juicio, el presidente del Gobierno se equivocó claramente en junio cuando celebró la «derrota» del virus. Esa autocomplacencia y los «aplausos de atrezzo», dijo, han empeorado la situación. Por eso, exigió al Gobierno que cumpla con las responsabilidades que tiene asignadas por la legislación sanitaria y coordine el conjunto de administraciones. Le ofreció, además, aprobar por vía urgente las modificaciones legales necesarias para combatir con eficacia la pandemia. Más allá, Casado descartó que el PP pueda ser una «muleta de Sánchez», porque su objetivo es derrotarle y gobernar en España. «No hay pacto posible con quienes piden la abdicación del Rey, la independencia de Cataluña y el blanqueamiento de los batasunos». Desmintió así la insinuación que lanzó Álvarez de Toledo, sobre la intención del PP de negociar con los socialistas los Presupuestos y el reparto del Poder Judicial. «No podemos formar parte de la gobernabilidad de Pedro Sánchez, porque somos su alternativa y porque no somos un mero recambio de Podemos». El Gobierno de concentración que siempre ha defendido Álvarez de Toledo no entra ni de lejos en los planes de este PP. «El PP está firme y consolidado», defendió el líder de la oposición, quien subrayó el proceso de «renovación con experiencia» en el que está inmerso su partido. Tanto Gamarra, como Pastor y Almeida son «una referencia de cercanía, humildad, eficacia, credibilidad, coherencia y solvencia». Recordó que hace dos años se presentó al congreso del PP para dar la batalla de las ideas, renegar «de la goyesca lucha a garrotazos» y renunciar a formar parte de ningún bando. Puerta ancha El objetivo, señaló, es que el PP sea capaz de volver a cobijar a diez millones de españoles y tener una puerta ancha para ser la casa común del centro-derecha, en la que quepan los socialdemócratas decepcionados con Sánchez. Casado instó a los suyos a evitar la «trampa» sobre la crispación: no se trata ni de ponerse de perfil y abrazar una sumisión a la izquierda, ni tampoco de actuar con «agresividad, marcando el perfil hasta convertirlo en arista». «Tenemos que evitar el error fatal de pensar que para defender las convicciones hay que cavar trincheras y utilizar palabras como puños. No es así», alertó. Se trata, explicó, de tener convicciones y trasladarlas con persuasión y eficacia a la sociedad. «Somos un partido de plazas anchas, no de trincheras estrechas». En otro mensaje que tenía la sombra de Álvarez de Toledo detrás, Casado advirtió de que si las propuestas del PP se llenan de ruido, si la agenda de partido se oculta por una «agenda paralela», entonces su proyecto fracasará. El líder del PP defendió «la política de partido», que ve como un «sacrificio a favor de un bien común y superior». «Lo difícil no es invocar la libertad de uno mismo y ponerla por delante, lo difícil es defender la libertad de todos y ponerla por encima de todo».
FUENTE DIARIO ABC: