«La donación que hice en 2012 a la Sra. Corinna Zu Sayn Wittgenstein fue irrevocable. Desde la donación, nunca ha manejado los activos transferidos en mi nombre. No he recibido ninguna cantidad
a cambio. Nunca lo he pedido». Son las palabras que Don Juan Carlos envió en una carta firmada de su puño y letra a su abogado en Suiza, Dante Canónica, en agosto de 2018, saliendo al paso de la tormenta mediática desatada tras la difusión en España de los audios del comisario jubilado y en prisión provisional, José Manuel Villarejo, en los que la otrora amante del Rey le acusaba de haberla utilizado como testaferro. La misiva, a la que tuvo acceso ABC, consta en el sumario que investiga delitos de blanqueo en Suiza, una causa liderada por el fiscal Yves Bertossa y en la que están imputados tanto la propia Larsen, como Canónica y el gestor de cuentas Arturo Fasana, que también asesoraba a Don Juan Carlos. Ambos crearon para él la Fundación Lucum en Panamá. Corría 2008 y el entonces Jefe del Estado, les encomendó la constitución de una estructura financiera para recibir una importante donación del Rey de Arabia Saudí que acabaría escapando al fisco español: 100 millones de dólares. Sin embargo, en 2012, a Don Juan Carlos le incomodaba ya tener la cuenta de Lucum en Suiza, lo veía como «una bomba de relojería», de acuerdo a la declaración de Canónica ante el fiscal de Suiza que difundió El Español. Él decidió entonces que donaría todo ese dinero a Larsen y el dinero viajó de Suiza a su cuenta en Bahamas. Pero en 2015 la relación entre ambos ya no gozaba de buena salud. Larsen se decía amenazada en España. Contactó con Villarejo de mano de su amigo Juan Villalonga y se desquitó en una reunión sin saber, quizá, que había una grabadora encendida. «Nunca en mi nombre» Los audios vieron la luz en julio de 2018 con amplia repercusión dentro y fuera de España. Larsen aseguraba que Don Juan Carlos tenía fondos ocultos en el extranjero y testaferros, incluida ella, pues ponía a su nombre bienes y capitales a veces, sin su conocimiento. «No porque me quiera, sino porque vivo en Mónaco», llegó a afirmar. Añadió que la venía presionando desde 2014 para que le devolviese alguno de esos bienes como un terreno en Marraketch. En ese contexto, Don Juan Carlos salió al paso con un escrito a su abogado en el que reiteraba lo ya afirmado cuando en 2012, le encomendó la donación y añadía: «La señora Corinna Zu Sayn Wittgenstein, por lo tanto, nunca ‘manejó’ dinero en mi nombre, contrariamente a lo que pudo haber sido indicado en la prensa española». Causa abierta en Suiza Hay un elemento más. Bertossa, que pidió a la Audiencia Nacional los audios de Villarejo tras su judicialización, ya estaba investigando a Fasana y Canónica en esas fechas. La carta es del 12 de agosto y el letrado declaró el día 24 en un interrogatorio que se centró en parte en este asunto. Pasarían todavía unos meses hasta que Larsen diese oficialmente la voz de alarma. En marzo de 2019 sus abogados escribieron a Zarzuela pidiendo diálogo, conscientes de que al justificar el origen de los fondos movidos a Bahamas, aparecía Lucum. La Casa del Rey cerró la puerta y cuando acabó trascendiendo aquella estructura offshore, comunicó que Don Felipe renunciaba a cualquier herencia de su padre y le retiraba la asignación. Diligencias en España Mientras, Larsen justificaba en Suiza que el dinero era un regalo: 65 millones de euros ya no porque ella residiese en Mónaco, como había dicho a Villarejo, sino «por amor». La misma posición de Don Juan Carlos cobra relevancia desde el punto de vista de la investigación, pues el posible blanqueo se disipa para ambos si fue una simple donación. No obstante, haría falta un delito precedente en el origen de los fondos y si lo hubo, que no se ha acreditado, se habría cometido antes de la abdicación, cuando el Rey era inviolable. Además de Suiza, la Fiscalía del Tribunal Supremo está investigando este asunto en su relación, además, con el intercambio de comisiones en la adjudicación del AVE a La Meca, otro de los asuntos que los audios del excomisario Villarejo pusieron sobre la mesa. Asumió las pesquisas porque Don Juan Carlos es aforado y ahora, será quien decida si existen o no indicios de delito.
FUENTE DIARIO ABC: