Media ciudad

Vivimos un Madrid sin Madrid, alcalde. Usted lo sabe, porque es trotador, pero provoca una tristeza íntima esta ciudad desalojada de sí misma, huérfana de espíritu, que es un espíritu soleado, contento,

entusiasta. El peatonaje va escaso, por las restricciones, y va de mala leche, porque sí. Y la ciudad entretanto está sin estar, porque Madrid voló, con el coronavirus, y a saber cuándo volverá. Cuando se decretó la alarma, tuvimos las primeras postales insólitas de la ciudad desierta, una novedad en una ciudad donde el atasco es poesía, si el atasco es nocturno, y donde el gentío parece tener prisa por conocerse. Todo eso nos queda lejos, pero muy cerca, y ahora Madrid es un Madrid desangelado, y al ralentí, donde uno mira a los transeúntes, y se diría que van caminando a la espera de que de pronto el Madrid de siempre se les venga encima, con sus barullos de urgencia, con su catástrofe de atareados, con su mucho bulto de gente a la que el día no le cabe en el día. Empezamos teniendo nostalgia de los lunes, cuando sobrevino el confinamiento, y ahora vemos que tenemos nostalgia de la ciudad cada día, esa «nostalgia aguda, infinita de lo que tenemos», según el lema del poeta, pero de lo que tenemos sin tener. Madrid, sí. No hay Feria del Libro, no hay musicales en la Gran Vía, no hay enamorados en los parques, no hay niños en el atardecer de los columpios. Ya ni siquiera hay cola en Doña Manolita, porque se pide la vez por internet, como el que va al médico. Hasta los adúlteros tienen el ejercicio en suspenso, y mira que los adúlteros se dan mañas cuando lo difícil manda. De manera que vivimos en Madrid, pero sin Madrid. Ayer mismo me hice un rato de brujuleo por la Gran Vía, y se le ve la osamenta gloriosa a esta gran calle, porque los gentíos de mil colores que la pueblan, desde siempre, ya no son gentíos, sino espaciadas gentes que van y vienen, con mucho sol de otoño entre unos y otros. Le falta una gran mitad a la Gran Vía, porque le falta una gran mitad al Madrid del momento. Somos medios seres, como en la novela, porque vivimos una ciudad pendiente de inauguración. Como nosotros mismos.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/madrid/abci-angel-antonio-herrera-media-ciudad-202010010038_noticia.html

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