Una legislatura larga, expansiva en el gasto y sin recortes. La Moncloa podía haber resumido el discurso del presidente del Gobierno en esa idea. Pues ese fue el mensaje de fondo que
quiso trasladar ayer Pedro Sánchez al sector económico, a los agentes sociales y a los embajadores de los 27 países miembros de la UE. Todos ellos asistieron por videoconferencia a la presentación del «Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia» de la economía española. Tuvieron que esperar 50 minutos de retraso para que arrancara el acto y asistieron a la interpretación del cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven interpretada por el pianista James Rhodes, que actúa ya como músico y celebridad de referencia de La Moncloa. Un Himno de la Alegría para mostrar compromiso europeísta a los socios a los que España e Italia han tenido que recurrir, como principales receptores, para evitar el colapso de ambas economías. Una nueva producción de La Moncloa para lanzar ese mensaje fuerza: la actual crisis es una «oportunidad» para dotar a España de su segunda gran modernización económica tras la vivida en los primeros años de la restauración democrática. El tono optimista, en exceso, del presidente dejó importantes lagunas que solo el tiempo podrá resolver. Un plan que se estructurará en «diez políticas tractoras» y cuyo décimo punto es el de la consolidación fiscal. El Gobierno entregó ese punto a su audiencia sin más detalles, pero advirtió de que queda tiempo para ello. La subida de impuestos, reforma fiscal lo llama el Gobierno, quedará aparcada. Y es que el reto de «la sostenibilidad de las cuentas públicas» queda pospuesto para «cuando recuperemos niveles de PIB similares a los que teníamos antes de la pandemia». Y esto no sucederá hasta finales de 2022. Lo que no quiere decir que en los Presupuestos del próximo curso no haya ya cambios en esa dirección, especialmente en la fiscalidad medioambiental. Consolidar la legislatura En el Gobierno se afanan en transmitir la idea de que la legislatura será larga. Y que la coalición de Gobierno está blindada. Por ahora. Saben que con aprobar las cuentas públicas de 2021 puede ser suficiente para alargar el mandato. El mensaje que ayer quiso lanzar Sánchez tenía muchos receptores. Al mundo empresarial para que empiece a trabajar en proyectos aplicables a los fondos europeos. Y a la oposición y conjunto de fuerzas políticas, un mensaje nítido: le quedan tres cuartas partes de la legislatura por cumplir y lo hará a lomos de una política económica muy expansiva. El principal anuncio que Sánchez se reservó para el día de ayer fue que quiere empezar a disponer ya de esos fondos. Este plan económico abarca seis ejercicios, hasta 2026. El Gobierno concentrará más de la mitad de los fondos que le corresponden procedentes de la Unión Europea en los próximos tres años. Del total de 140.000 millones para el periodo 2021-2026, Pedro Sánchez anunció ayer que «concentrará el esfuerzo de movilización en los tres primeros años». Así, el Gobierno pretende utilizar 72.000 millones en el periodo de 2021-2023. De ellos, 59.000 millones de euros procederán de la Facilidad para la Recuperación y la Resiliencia y otros 12.400 millones del programa React-EU. Los principales ejes sobre los que se basará este plan de reactivación económica serán la transición ecológica, que dispondrá del 37% de los fondos, y la transformación digital que absorberá el 33%. El Gobierno estima un efecto multiplicador de más de 2,5 puntos de crecimiento en el PIB en los próximos tres años y, en consecuencia, la creación de 800.000 puestos de trabajo en esos próximos tres años. Ese horizonte es justo el tiempo que queda de mandato. Pese a que el reparto de los mismos todavía está estancado, y se espera que lleguen a lo largo de 2021, Sánchez anunció ayer que anticipará ya, a cuenta de esos fondos, 27.000 millones de euros que incluirá en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Para la próxima semana se espera que el presidente y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, presenten el borrador del acuerdo. La posibilidad de implementar ya esos fondos incrementará la presión sobre el resto de actores para dar apoyo. El Gobierno asume que no habrá una recuperación tan rápida tras una abrupta caída que en la economía real está lejos de ver su final. Pero La Moncloa quiere cambiar el relato y que este vaya por delante y propicie de algún modo, la recuperación: «Estamos diseñando un escenario de esperanza cuando aún no hemos superado el escenario sombrío que nos dejó la pandemia», reconoció Sánchez. El Consejo de Ministros actualizó el martes sus previsiones macroeconómicas estimando un desplome del 11,2% del PIB para el año 2020. Pero el Ejecutivo inocula un discurso optimista, que asegura que la recuperación ya ha comenzado. Mientras que empeoraba la previsión para el presente curso, el martes también se aprobaba una mejora de cuatro décimas, hasta un 7,2%, en la estimación de la recuperación en 2021. El plan del Ejecutivo es implementar una política expansiva, al calor de los fondos europeos, y sin prestar atención al equilibrio de las cuentas públicas que ha venido marcando la pauta en la hoja de ruta económica desde la anterior crisis.
FUENTE DIARIO ABC: