Los Knicks, el emblema maldito de Nueva York

Frank Sinatra era de Nueva Jersey pero le cantaba a Nueva York. La ciudad que no duerme ejerce un magnetismo envidiable, una urbe a la que todo el mundo pretende peregrinar, casi

por convención social, al menos una vez en la vida. También sus franquicias deportivas, pues las gorras de los Yankees o las camisetas de los Nets se puede encontrar en prácticamente cualquier rincón del mundo. Pero son los Knicks, junto al cuerpo de bomberos, el gran orgullo de la ciudad. Una club tan antiguo como la propia Nueva York, al menos en nombre, pues ‘Knickerbockers’ fue el nombre que se les puso a algunos de los primeros colonos que llegaron a la isla desde Holanda en el siglo XVII. En términos deportivos, la franquicia accedió al éxito al conseguir dos anillos de la NBA en la década de los setenta pero desde entonces ha peregrinado entre fiascos y zozobra deportiva. Sin embargo, en la temporada más extraña de la historia, la de la pandemia, el equipo ha renacido, sin demasiados alardes, para colocarse a una buena altura en la clasificación. Los Knicks son quintos de la conferencia este con 19 victorias y 18 derrotas. Unas estadísticas que no pasarían del aprobado si no fuese porque el equipo viene de unas temporadas desastrosas, ya que no pisan los playoffs desde 2012. Tal es el entusiasmo que ha levantado en la ciudad que incluso los aficionados se gastan hasta 250 dólares en test rápidos para poder asistir al Madison Square Garden, ‘La Meca’ como la llamaba Jordan, y ver a los suyos en directo. Algo ha cambiado desde 2015, su punto más bajo. Aquella temporada el equipo acumuló 34 partidos perdidos de 39 posibles. Tal fue el drama que algunos hinchas acudieron al estadio con bolsas de cartón en la cabeza para, según ellos, no ser reconocidos. En lo extradeportivo, Dereck Fisher, técnico del equipo en aquella sinuosa temporada, fue acusado por varios de sus jugadores de flirtear con sus parejas. Sepultados por los Nets Pero sin duda, la gran derrota de los Knicks es el haberse visto adelantados por sus vecinos de Brooklyn, los Nets, hoy hogar de la mayor acumulación de talento de la liga. Desde hace años, los grandes jugadores prefieren mudarse al otro lado del Hudson antes que recalar en la Gran Manzana. Lapidaria fue la frase que pronunció Kevin Durant en 2019: «Los aficionados esperan que los jugadores se unan a los Knicks por su marca e historia, pero nosotros hemos crecido viéndoles perder y ya no son grandes», dijo el alero tras unirse a la disciplina de los Nets. Un mal fario similar tuvo la franquicia cuando intentaron fichar a LeBron James en 2010. El jugador más dominante de la actual NBA reconoció el año pasado que la reunión con los mandatarios neoyorquinos «fue un completo desastre». Pese a las reiteradas decepciones y su mal balance deportivo, los Knicks son la franquicia con más valor de la NBA, pues Nueva York, junto a Los Ángeles, es el gran motor de Estados Unidos. Un brillo que ahora se corresponde en el parquet. No es que sean Ewing, Starks y compañía, pero Julius Randle, Ntilikina, Robinson y Rose, entre otros, ganan de vez en cuando, y para los fans de los Knicks, eso es suficiente.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/baloncesto/abci-knicks-emblema-maldito-nueva-york-202103110125_noticia.html

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