Denunció por violencia de género al padre de su hija, pero la Justicia ordenó que la nena vaya a vivir con él en Francia

La Justicia argentina confirmó el fallo que se había emitido en Europa y ordenó que Sofía -una mamá argentina que denuncia haber sufrido violencia de género de parte

de su expareja- restituya la tenencia de su hija de tres años a su padre, que vive en Francia. “Me muero si no puedo verla más”, aseguró en diálogo con Clarín.

“Estoy destruida, desesperada, mi hija sufre un montón cuando no nos vemos. Soy su referente y no hay una vinculación asistida con el padre, la tratan como a un paquete que se lo llevan a otro ambiente, otro idioma y con gente que no conoce”, reclama la mamá de la nena -cuyo nombre es resguardado- que en enero cumplió tres años.

La sentencia fue confirmada, cuenta ella, sin tener en cuenta otra causa paralela de violencia de género contra el hombre que se elevó a juicio oral y que se viene postergando desde hace varios meses. Por esa razón, la nena deberá regresar con su papá el 22 de marzo, tras lo dictado primero por el juez Adrián Hagopian, del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 4 y ahora confirmado por la Cámara en lo Civil Letra H.

“La justicia argentina confirmó la sentencia de que mi hija se vaya para allá sin esperar el juicio oral -por la causa de violencia-, que tenía fecha para el 11 de febrero, pero la otra parte logra que todo el tiempo se tire para adelante. Después se iba a hacer el 23 o 25 de marzo y ahora lo pasaron para agosto”, reclama.

Los pedidos a la justicia argentina en las redes sociales.

Asegura que el atraso, según la versión oficial, es porque “sus testigos franceses necesitan más tiempo para ser notificados”. Sofía hizo la denuncia “hace más de dos años”, pero “siguen modificando la fecha como quieren”.

Hace casi 8 años, Sofía se recibió de Ingeniera Industrial en la UTN y viajó a Francia tras obtener una beca del Estado. Un año después conoció al padre de su hija por medio de una amiga en común. En 2016 iniciaron un vínculo de pareja; en 2017 comenzaron a convivir, y en enero de 2018 se convirtieron en padres de una pequeña.

Según consta en la denuncia de la joven, la relación estuvo signada por los celos. Incluso, en varias oportunidades ella se acercó a la “Maison de Droit et de la Famillie” (Casa del Derecho y de la Familia) para pedir ayuda y consejos. Fue entrevistada por juristas y abogados, quienes le aconsejaron hacer una denuncia, que ella no se animó a formular en aquel entonces.

Sofía asegura que la violencia se tornó física y mental: “En Francia cuando fui a denunciar me dijeron que me tenía que esconder durante tres semanas mientras ponían la perimetral, pero ¿dónde me iba a esconder? No tenía más amigos porque no me los dejaba ver y se alejaron. Yo ya estaba en la calle con mi nena”.

El 25 de enero de 2019 viajaron los tres a Buenos Aires, con la intención de regresar a Francia un mes después, el 25 de febrero. Pero durante el viaje, Sofía se presentó en la Oficina de Violencia Domestica (OVD) donde le dieron un botón antipánico y aplicaron una restricción perimetral de máximo riesgo para su hija y mediano riesgo para ella.

Ella decidió no regresar a Francia. Activó una investigación por presunto abuso sexual y denunció a su pareja por amenazas, causa que fue elevada a juicio oral y público por el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal Contravencional y de Faltas N°15. Las audiencias de ese juicio son las que se retrasaron para agosto.

El papá de la menor, por su parte, regresó a Francia. En mayo de ese mismo año inició una demanda por apropiación indebida para reclamar el regreso de su hija al país de origen. En septiembre de 2019 sumó un pedido, vía exhorto, de tenencia exclusiva. En marzo de 2020, la justicia francesa le dio la razón.

“La sentencia le da la tenencia exclusiva y un régimen de visitas en el que sólo la podría ver los fines de semana pares en Francia o sólo cinco días al año en Argentina. En todo el expediente habla de que me hicieron causas penales por secuestro, cuando vinimos los tres juntos a la Argentina y se niegan a retirarlas. Por eso, si piso Francia iría presa y no la vería más a mi hija“, explica la madre.

Sofía cuenta que su hija “ve al padre 4 veces por semana en videollamada y él ni se esfuerza por interactuar con ella. A veces se va y la deja sola frente a la pantalla. Entonces ella quiere llorar o quiere cortar. También él le grita que le tiene que hablar cuando ella recién ahora está empezando a decir palabras en español debido a su trastorno”, relata la mamá.

Según un informe presentado en la causa, la niña presenta “un diagnóstico de Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje, trastorno generalizado del desarrollo no especificado”. Otro documento desaconseja que haya cambios tanto en los profesionales que la tratan como en su círculo social.

Sofía cuenta que cuando hizo la denuncia de violencia contra su ex, “su padre vino a la Argentina a buscarlo y puso una abogada afiliada al consulado”. Asegura que “el padre es un empresario muy importante allá”, con poder y “muchos contactos”.

“Es raro, la abogada que tenía en Francia, que me asignó el Estado, abandonó el caso, me dijo que con personas con tanto poder político y económico no podía hacer nada. Ahora no me responde más y me quedé sin representación”, remarca y asegura que las amenazas llegaron también a los médicos y terapeutas que tratan a su hija.

El fallo del juez Hagopian, que acaba de ser confirmado por José Benito Farje, Liliana Abreut de Begher y Claudio Kiper, titulares de la Cámara, se basa en el artículo 3 del Convenio de la Haya. Apunta a que “resulta claro que si bien en el caso el traslado de la niña se produjo en forma lícita por la anuencia del progenitor, lo que ha sido ilícita es su retención en este país”.

Pero además de apoyarse en el acuerdo sobre restitución de menores que se celebró en La Haya en 1980 (Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores), que firmaron tanto la Argentina como Francia, el fallo destaca que “no surge de ninguna de las actuaciones en trámite que el padre haya dado autorización para que su hija cambiara su residencia habitual”.

Para fundamentarlo, el juez Hagopian resalta, entre otro material probatorio, que “los tres tenían boletos de avión de regreso para el día 24 de febrero de 2019”.

Y rechaza que las denuncias de violencia relatadas por Sofía sean motivo para evitar que la niña regrese a Francia: “No se trata en el presente proceso de definir cuál de los progenitores es el más idóneo para ejercer la guarda o el cuidado personal, sino de considerar el riesgo de peligro físico o psíquico exclusivamente en relación a la restitución en sí misma; por lo que evaluando la excepción en concordancia con los criterios expresados precedentemente y por nuestro más alto Tribunal, en el caso no se advierten el riesgo grave para el reintegro de la niña a su residencia habitual“.

“Necesito que nos ayuden, por ahora están dándole la razón al padre, están avalando todo este atropello al derecho de los niños, necesito que protejan a mi hija y no entiendo que la Justicia argentina actúe de esta manera”, finaliza Sofía en un pedido desesperado.

DD

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