La escasez de oferta de hacienda le pone un piso alto al precio de la carne en las góndolas

La cadena de la carne tiene ante sí un horizonte promisorio pero en el corto plazo hay ciertos desafíos que debe asumir para que el negocio sea sustentable

en todos sus eslabones. Según explicó en diálogo con Clarín Rural el analista Víctor Tonelli, la demanda internacional se muestra muy firme liderada por China, que sigue teniendo problemas para el abastecimiento de carnes. “A raíz de la caída en la producción de cerdos por la fiebre porcina China salió a importar carne vacuna y se achicó la brecha de precios al consumidor entre ambas carnes, con lo cual hay mucha gente que empieza a dar el salto y probar la carne vacuna. Todos los años crece la demanda e importación china de carne vacuna y para este año se espera un nuevo salto”, resumió Tonelli, y agregó que en cuanto a los precios también se espera cierta firmeza porque cuatro de los principales exportadores (Australia, Brasil, Argentina y Uruguay) están con oferta bastante limitada.

Pero en el mercado interno el análisis es un poco más complicado. La demanda tiene un poder adquisitivo muy golpeado, pero se da un fenómeno que Tonelli describe como una “diáspora de precios” que hasta el momento, en promedio, sigue traccionando al alza. “Es como un espejismo -advierte el analista-. Las vaquillonas y novillitos livianos muy bien terminados en feedlot, que son muy escasos, están tocando los 200 pesos el kilo vivo, un 7-8 por ciento más que en diciembre. Hay un segmento de la población que tiene una demanda inelástica y se banca la suba de precio con tal de tener carne de calidad. Pero en el mismo mercado y el mismo día también se ve una cantidad importante de animales que provienen de campo con suplementación que promedian 30 pesos (12-15 por ciento) menos por kilo vivo”.

Víctor Tonelli, analista del mercado ganadero.

En el segundo grupo, según Tonelli, se inscribe la mayor parte de la oferta. Son animales con menor grado de terminación y que alcanzan valores iguales o menores a los de diciembre. De esta manera se da que hay un precio aparente de suba, pero el precio real se mantiene en una meseta porque aunque la oferta es baja el consumidor no lo puede sostener. Y en este contexto los vendedores minoristas afirman que les está costando mucho vender todos los cortes de la media res, algo que termina perjudicando a los sectores de menoresrecursos, que absorben en los cortes más baratos la pérdida que el carnicero tiene por no vender los cortes caros.

“La gran deuda es el cuarteo”, remarca Tonelli al respecto. Se refiere a que en lugar de que se comercialice la media res, ésta se divida en cuatro. ”De alguna manera cada uno de esos cuartos representa un estilo de cocción y de precios diferenciado, se podría segmentar el destino para la venta”, explica. Se trata de una práctica ya adoptada en la mayoría de los países del mundo, especialmente en las grandes ciudades, pero que acá más allá de algunas excepciones todavía no pasó de la insinuación.

No hay decisión política. Hay mucho diálogo, mucha saraza pero poca acción”, dice el analista respecto a esa y otras materias pendientes de la cadena, como la formalización y el blanqueo. “Te encontrás con que no se inscribe al minorista aunque todo el mundo lo conoce, entonces el frigorífico o matarife abastecedor que tiene que pagar para que le den el permiso de faena después no tiene a quién facturarle, está obligado a generar un circuito informal… Lo mismo pasa con la exportación. Hay una subfacturación creciente que saca de la cancha a los tipos que hacen las cosas por derecha”, advierte con cierto enojo.

Volviendo a las cuentas del sector e intentando vislumbrar lo que puede llegar a pasar en los próximos meses, un dato que hay que destacar es que en enero y febrero se encerraron en corrales 100.000 animales menos por mes. La ecuación para los engordadores, con terneros y maíz caros, no está para nada atractiva, y esto genera todo un cambio en el sistema productivo que luego se ve reflejado en los precios del mostrador.

“En la medida en que se pronuncie más la caída de la oferta de hacienda proveniente de feedlot se va a ir encontrando esta polarización de precios”, ilustra Tonelli, y agrega: “El sistema productivo de carne en la Argentina va yendo aceleradamente a un sistema más pastoril y menos de encierre a corral, y por lo tanto los tiempos de engorde del animal se alargan y la oferta empieza a ser cada vez más escasa. Hoy la demanda está insatisfecha y va a seguir así por los próximos meses porque no se está engordando a corral. El Gobierno hace bien en preocuparse por el precio de la carne en el mostrador, la probabilidad de que la hacienda y la carne suban no es menor”.

En las últimas semanas se observó cierto amesetamiento en los precios del ternero de invernada, pero esto se debe a que estamos en plena zafra, atravesando los meses de mayor oferta. Aun así, la tendencia aun no muestra una caída en los valores porque hay mucha gente que sigue comprando terneros como reserva de valor ante la dificultad de resguardar sus pesos de otra manera. Claro que en algún momento, toda esa hacienda que hoy está pastoreando va a tener que salir al mercado, pero Tonelli explica que no va a salir toda junta porque los procesos a campo tienen mucho que ver con el clima, a diferencia del engorde a corral. “Esos animales que están en el campo van a salir, pero eso no va a ocurrir antes de los próximos seis meses. Cuando se regularice la oferta esta tensión va a entrar en un proceso mucho más calmo”, adelantó el analista.

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