Podía pensarse que el ciclo de la vida ciclista se había cerrado para Alejandro Valverde, pero el ciclista murciano volvió a su estado natural de la victoria con un éxito en el
Gran premio Induráin. Hacía 582 días que Valverde no ganaba una carrera, angustiado el año pasado por su sequía. A los 40 años, vuelve a frotar la lámpara de los deseos y consigue el primer triunfo del Movistar en esta campaña. Hacía ya demasiadas lunas que Valverde, el ciclista español con más victorias de la historia, no levantaba brazos en una meta. Hay que remontarse a uno de los finales en cuesta de la Vuelta 2019, la primera de Roglic, en Mas de la Costa, para rememorar la imagen. Desde entonces, 582 días, un parón inhabitual había generado más de una duda en el líder del Movistar, quien después de tantos años sigue llevando el peso anotador de la escuadra telefónica. Ni Enric Mas ni Marc Soler han dado el paso para liberarlo. El Astana marcó el paso en el Gran Premio Induráin, pero fue valverde el que deshizo la carrera en un final lúcido. Primero se enganchó a Luis León Sánchez en un arreón y después se marchó de su paisano y de Lutsenko en la rampa de entrada a Estella, meta de la prueba. Fue un Valverde a contrapelo, atacando en una cuesta, desarmando enemigos. Ya se vio en la Volta a Cataluña una actitud mucho más ofensiva del murciano en esta campaña. El ciclista, que en teoría se retira este año, resuelve así la pequeña zozobra en la que se cernían tanto él como su equipo. «Lo agradezco a todo el mundo, a los que apoyan al equipo, a los que siguen el ciclismo», señaló el ciclista.
Fuente La Razon: