Imagine que se encuentra en una entrevista de trabajo y, de golpe y porrazo, el encargado de recursos humanos le dice que no es apto para el puesto que solicita porque un
software ha determinado que no cumple con los requisitos. O que se dirige al banco a solicitar un préstamo, y una máquina dispone que, por sus rasgos y su comportamiento, encaja en el perfil de un ‘moroso’. Los sistemas de reconocimiento facial, capaces de categorizar a una persona en función de sus rasgos faciales, sus gestos y su comportamiento, llevan años figurando entre los principales problemas éticos a los que hace frente la tecnología. Y según su implantación va creciendo a nivel global, también lo hace la preocupación… Ver Más
FUENTE DIARIO ABC: