Con las nuevas restricciones sobre la actividad: ¿vuelve o no vuelve el IFE?

Con las nuevas restricciones para frenar los contagios, el Gobierno busca definir cuáles serán las ayudas sociales que se pondrán en marcha esta vez para asistir a quienes pierdan ingresos por

la pandemia. ¿Hay chances de que vuelva el IFE?

Hasta hace quince días, la posibilidad de que volviera a instrumentarse el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) estaba totalmente descartada. Pero hace unos días el presidente Alberto Fernándezvolvió a poner el tema sobre la mesa.

En declaraciones radiales que realizó luego de confirmarse que dio positivo de Covid, el presidente aseguró que “de ser necesario” el bono podría reactivarse para que la “la gente no padezca más”.

“Si nosotros necesitamos auxiliar a sectores, los vamos a auxiliar, nuestro margen es menor, pero los vamos a auxiliar”, indicó el mandatario, que hizo estas declaraciones cuando aún no se habían definido las nuevas restricciones sobre las actividades ante el avance de la segunda ola.

No vamos a tomar medidas apresuradas. Confiamos en que no habrá que volver a FASE 1″, es la respuesta cuando se les consulta a los funcionarios si el IFE tiene chances de volver.

En los despachos oficiales son concientes de que con la pobreza golpeando al 42% de la población y 10 millones de personas recurriendo a la ayuda estatal para comer, los márgenes para volver a una cuarentena estricta son ínfimos.

A través del IFE el Estado les pagó a 9 millones de personas tres bonos de $ 10.000 cada uno. Apuntaban a los beneficiarios de planes sociales, los monotributistas de las categorías más bajas, los trabajadores domésticos e informales y los desocupados.

Junto con el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), con el que el Estado se hizo cargo de hasta el 50% de los sueldos de más de 2,5 millones de trabajadores privados durante los meses más rígidos de la pandemia, el IFE fue la pieza central de la ayuda económica en el primer año del Covid.

Estas dos medidas, junto con otros programas como la Tarjeta Alimentar, formaron parte del “gasto Covid” del año pasado que llegó a representar el 5% del PBI y llevó el déficit primario al 6,5%. Solo por el IFE se gastaron $ 270.000 millones.

En medio de las negociaciones con el FMI este año el Gobierno apunta a achicar el déficit al 4,5% del producto.

El Gobierno enfrenta su propia restricción presupuestaria ante el avance del Covid. Foto REUTERS/Dado Ruvic

Con las elecciones en el horizonte el plan es que el efecto rebote de la economía -se espera que este año haya un crecimiento en torno a 7% tras el derrumbe del 10% del PBI del año pasado- permita incrementar los ingresos fiscales sin necesidad de aplicar un fuerte ajuste al gasto público.

Pero una vez más el Covid metió la cola y ahora el Gobierno se enfrenta a los efectos sobre la economía de las nuevas restricciones sin contar con partidas en el Presupuesto para cubrir estos gastos.

Y a diferencia de lo que ocurrió el año pasado esta vez, con la inflación promediando el 4% mensual, no hay margen para recurrir a la maquinita del Banco Central para imprimir billetes que permitan salir en auxilio del sector privado.

IFE focalizado

 “Nosotros ya estamos haciendo alguna suerte de ATP e IFE focalizados que, de algún modo, donde vemos problemas vamos en auxilio desde el Estado con diferentes planes sobre esas empresas y sobre esa gente”, dijo el presidente días atrás.

En los despachos oficiales explican que ese IFE focalizado al que se refiere son herramientas concretas como el plan Potenciar Trabajo, el REPRO y la Tarjeta Alimentar.

Potenciar Trabajo alcanza a 800.000 personas que realizan tareas comunitarias y perciben $ 10.300 al mes. La Tarjeta Alimentar llega a 1,5 millones de familias que cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH). Es un monto mensual que va de $ 6.000 a $ 9.000 según la cantidad de hijos menores de seis años.

El programa Recuperación Productiva (REPRO) supone un aporte estatal a los sueldos, pero con montos más bajos que los del ATP. En el REPRO de febrero se pagaron aportes de entre $ 9.000 y $ 18.000 a 320.000 trabajadores. 

Los números del ministerio de Economía marcan que en el primer bimestre de este año se reforzó con $ 10.000 millones el REPRO, con $ 11.000 millones Potenciar Trabajo y con $ 18.000 millones la Tarjeta Alimentar.

Estas partidas están lejos de los montos que se manejaban con el IFE, que tenía un costo mensual de $ 40.000 millones, y de los $ 20.000 millones que demandaba el ATP por mes.

“Si se avanza con las restricciones y la gente no puede salir a trabajar vamos a reforzar estas partidas”, le dijo un funcionario a Clarín. Ahora lo que se está realizando es una evaluación de cuáles son los sectores más afectados para tener una radiografía de las necesidades a cubrir. 

AQ

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