Para el FMI, urge una desdolarización de la economía uruguaya

El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió el informe final sobre los resultados de su evaluación anual 2023 a Uruguay, y uno de los temas que más destacó fue la necesidad de desdolarizar la economía nacional para evitar los riesgos financieros que ello conlleva.

Uruguay tiene uno de los niveles más altos de dolarización financiera y de proporción de depósitos en divisas sobre el total de depósitos entre las economías del hemisferio occidental, según el informe del FMI; razón que lleva a que el tema —junto con el elevado endeudamiento— fuera uno de los ejes de su evaluación anual.

En este sentido, el organismo internacional señala que alrededor del 75% de los depósitos totales en el sistema bancario están en dólares, y predominantemente en mano de los hogares uruguayos —que representan el 72% de estos depósitos en el sector privado, con las empresas explicando el 28% restante. Además, la dolarización de precios prevalece en la economía, y el mercado de la vivienda y los bienes duraderos se cotizan principalmente en la moneda estadounidense, dando cuenta del alto grado de dolarización adoptado en contextos de alta inflación y grandes devaluaciones, pero mantenido de manera estable por razones estructurales.

El problema, según señala el FMI, es que la dolarización extendida genera riesgos para la estabilidad financiera, sobre todo por los altos niveles de deuda pública denominada en dólares —a pesar de que este es un punto que el gobierno trabaja en resolver, a partir de una estrategia de gestión de deuda en pesos—: así, el 50% de la deuda del gobierno central está denominada en moneda extranjera, al igual que más del 75% de la deuda corporativa.

El contexto uruguayo se caracteriza por ser de inflación promedio estable pero alta, con un Producto Bruto Interno (PBI) per cápita alto en la región y restricciones mínimas en su cuenta financiera externa; pero con un historial de fluctuaciones significativas en su tipo de cambio en relación con el dólar y una apertura comercial baja, hace necesario, desde el punto de vista del FMI, trabajar en políticas que apunten a la desdolarización de la economía.

¿Cómo abordar la desdolarización en Uruguay?

Según el informe del Fondo, “elevar el costo de mantener depósitos denominados en dólares en relación con los depósitos en moneda local para los bancos locales es una estrategia que las autoridades han seguido a menudo para desalentar la dolarización de los depósitos” y que ha tenido éxito en otros países de la región, como Perú.

En contraste, Uruguay no tiene un nivel alto de encaje marginal para depósitos en moneda extranjera, sino que ha apostado mayormente a hacer más atractivo el ahorro en pesos a través de mayores diferenciales de tasas de interés entre los depósitos en moneda local y en dólares —una medida que se ve limitada por la inflación y la política monetaria de Estados Unidos, por lo que la volatilidad sigue siendo significativa en el país.

Asimismo, en el caso particular local, el FMI señala que el tipo de cambio, el desarrollo financiero y la apertura comercial tienen las contribuciones más significativas en la dolarización. Por lo tanto, “la flexibilidad continua del tipo de cambio contribuiría a la estrategia de desdolarización, ya que las apreciaciones del tipo de cambio están asociadas a niveles más bajos de dolarización. Además, la mejora continua del desarrollo financiero ha ayudado a reducir la dolarización financiera. El análisis también destaca la sensibilidad de los niveles de dolarización a las variaciones en la apertura comercial”.

Las recomendaciones en torno a políticas puntuales

El informe de resultados de la evaluación anual 2023 del FMI sobre el país también señala posibles políticas puntuales en las que trabajar para reducir la dolarización. Principalmente, el análisis considera que “una estrategia integral de desdolarización debe incorporar herramientas de política destinadas a mejorar el marco de política monetaria, reduciendo la inflación de manera sostenida y ajustando las regulaciones prudenciales”.

Una de las alternativas mencionadas es el aumento de un punto porcentual en el diferencial de encaje legal entre los depósitos en moneda local y en dólares, el cual podría resultar en una reducción de aproximadamente 0,8% en la participación de los depósitos en moneda extranjera y 0,5% en la participación del crédito en la divisa estadounidense. Además, el FMI resalta que existe evidencia que respalda un impacto positivo del uso de la tasa de interés de corto plazo como instrumento de política monetaria.

Por último, el organismo internacional hace énfasis en que “un enfoque integral de la desdolarización requiere la coordinación entre las políticas de corto y largo plazo”, por lo que un plan de desdolarización “debe abarcar políticas destinadas a mejorar los factores estructurales, mantener la estabilidad macroeconómica y mejorar las condiciones económicas, como una flexibilidad cambiaria sostenida, especialmente en períodos de apreciación del tipo de cambio”.

Fuente Ambito

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