Devaluación del dólar: el problema de la competitividad, según Ernesto Talvi

El excanciller y excandidato a la presidencia de Uruguay, Ernesto Talvi, se refirió a la situación del dólar —mayormente devaluado— y al fortalecimiento de las monedas locales en América Latina, de la mano de la pérdida de competitividad; un fenómeno que, si bien sucede en muchos países de la región, afecta principalmente al país y es una problemática importante para los sectores exportadores.

Talvi, que supo militar en las filas del Partido Colorado, se encuentra alejado del escenario político local desde el 2020, y actualmente reside en Madrid, donde se desempeña como investigador sénior asociado del Real Instituto Elcano. Allí publica análisis cada cierto tiempo, y el último estuvo dedicado al presente de las monedas estadunidense y latinoamericanas en la región.

“Estamos ante un fenómeno sistémico de pérdida de valor del dólar y la consecuente pérdida de competitividad tanto en los países emergentes como avanzados”, expresó en el trabajo que llevó a cabo junto a la investigadora Sofía Harguindeguy —gerenta del equipo de Consultoría Económica de Grant Thornton Uruguay—, y en el cual habla, entre otros países, de Uruguay.

Titulada “Depreciación global del dólar y pérdida de competitividad en América Latina: ¿un fenómeno temporal o duradero?”, la investigación analiza cómo la devaluación de la divisa de Estados Unidos y su correlato de gran fortalecimiento de las monedas locales han “llevado a un encarecimiento muy significativo de los precios y costes internos en dólares y a una pérdida de competitividad”.

Inflación, tasas de interés y competitividad, una tríada compleja

En el estudio, Talvi y Harguindeguy señalan que “a lo largo y ancho de la región se escuchan comprensibles críticas de los sectores exportadores que ven cómo sus márgenes de rentabilidad se estrechan o incluso desaparecen”, en referencia a la pérdida de competitividad que sufren, mayormente, los rubros que comercian en los mercados internacionales que, por un lado ven el encarecimiento de los precios internos a la vez que los dólares obtenidos en los negocios valen menos en el país.

El origen de esta problemática la encuentran en que los países de América Latina comenzaron a subir las tasas de interés antes que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), con el objetivo de contener la inflación. Esto llevó a que los inversores internacionales y locales procuraran asegurarse “los jugosos diferenciales entre los rendimientos de los títulos en moneda doméstica de los países de América Latina y los rendimientos de los títulos a corto plazo en dólares de Estados Unidos, antes de que las tasas de interés comiencen a bajar y los diferenciales a reducirse”. Eso fue lo que provocó una “fuerte” oferta de dólares y apreciaciones masivas de las monedas latinoamericanas, señalaron los economistas.

De esta forma, las acciones de los bancos centrales que apuntaron a contener el aumento de precios —principalmente, el aumento de las tasas de interés de referencia en una política monetaria “sincronizada” que se caracterizó por ser restrictiva— contribuyó asimismo a erosionar la competitividad de las economías. En este escenario generalizado, Uruguay y Brasil son los países que menos apreciaciones de la moneda mostraron, mientras que Chile y México se encuentran en el otro extremo.

En relación a lo que pueda ocurrir de ahora en más, Talvi y Harguindeguy manifestaron que “si el éxito en contener la inflación se consolida (…), el ciclo restrictivo de las políticas monetarias de los países latinoamericanos estaría llegando su fin”. Esto haría que las tasas empiecen a reducirse de forma gradual —algo que pareciera ya haber comenzado en Uruguay, luego del recorte de la Tasa de Política Monetaria (TPM) por parte del Banco Central (BCU) y del descenso de la inflación en dos meses consecutivos—, “y los atractivos diferenciales con las tasas en dólares a achicarse, también habrán de menguar los ingresos de capitales (oferta de dólares) que están generado apreciaciones masivas de las monedas latinoamericanas”.

Por ello, afirman que será “decisiva” la política monetaria de la Fed —un gran interrogante entre el anuncio de dos nuevas subas de las tasas en lo que queda del año y el posterior dato inflacionario más positivo de lo esperado que pone en duda si la pausa en la política restrictiva seguirá o no—; y la de bancos centrales de la región.

Fuente Ambito

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