Uruguay firmó, la semana pasada, un Memorándum de Entendimiento con la Unión Europea (UE) en materia de Cooperación de Energía Renovables, Eficiencia Energética e Hidrogeno Verde para cumplir el objetivo de neutralidad de carbono para 2050, en el marco de la cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y el bloque europeo.
La neutralidad de carbono surge como un objetivo a cumplir a partir del Acuerdo de París firmado por más de 195 países, en el que Uruguay pertenece desde el año 2016. Un objetivo que se propuso con mayor seriedad a partir del Pacto Verde Europeo creado en el 2019.
En lo que refiere a Uruguay, la firma del memorándum permite concluir negociaciones con el conjunto europeo por energías renovables. “El instrumento afianzará el avance logrado para consolidar a Uruguay como proveedor de hidrógeno verde y el establecimiento de un marco común que dotará de fluidez para este comercio”, estableció la cartera a través de sus redes sociales.
Por otro lado, se remarcó que esta firma es un hito “que supone un acuerdo por la neutralidad de carbono para 2050 y un gran impulso a la industria del hidrógeno verde”.
¿De qué manera se logra la neutralidad y cómo puede ayudar Uruguay?
La neutralidad de carbono consiste en que se emita la misma cantidad de dióxido de carbono que la se retira por distintitas vías de la atmosfera, lo que sería un balance cero, o también denominado “Huella cero de carbono”.
Para eso, hay dos vías posibles: la primera sería no generar más dióxido de carbono del que pueden asumir los sumideros naturales que son los bosques, los océanos y el suelo. La otra forma de llegar a la neutralidad es la “compensación de carbono” que consiste en equilibrar las emisiones a través de la reducción del mismo en otros sectores.
Para esta última, hay tres opciones, siendo la primera el sistema de comercio de emisiones de la UE que consiste en la venta de permisos de emisión de carbono a empresas. Por otro lado, el mecanismo de ajuste en frontera por emisiones de carbono para evitar que las empresas europeas busquen radicarse en otros países con legislaciones ambientales más laxas. Y, por último, el fomento de utilización de energías renovables. Es en este punto con Uruguay entra en escena con el hidrógeno verde.
El hidrogeno verde, un capítulo aparte
El país sigue avanzando en el negocio del hidrógeno verde, avances que se vieron reflejados en el mes de marzo con la firma de un acuerdo con una empresa alemana que coincide con la intenciones plasmadas en el memorándum firmado la semana pasada.
En el marco del “Berlín Energy Transition Dialogue 2023” (BETD) que se desarrolló en la capital alemana, el ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Omar Paganini, firmó el acuerdo que incorpora a Uruguay dentro de un selecto grupo de países con los cuales Alemania coopera estrechamente en materia energética. Entre las ventajas que podría adquirir el país está la posibilidad de exportar hidrógeno a Europa.
Energy Partnership es un instrumento del Ministerio Federal de Economía y Acción por el Clima para países comprometidos con la plena transición energética, a fin de crear una red global para facilitar el intercambio de políticas energéticas intergubernamentales y fomentar la innovación en esa área y la cooperación económica. Con dicho acuerdo, Uruguay se integrará a Argelia, Brasil, Canadá, Chile, China, Etiopía, India, Japón, Jordania, México, Marruecos, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Túnez, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos.
La firma de una declaración conjunta de intenciones estableció un marco general para impulsar el diálogo sobre política energética y la cooperación técnica que hoy se refuerza con la firma en la cumbre de Celac-UE. Esto permitirá el desarrollo y la mejora de infraestructuras sostenibles, así como la creación de mercados modernos y eficientes, en particular, mediante el fomento de un mayor uso de energías renovables y tecnologías acordes.
Fuente Ambito