
Roma – La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, sorprendió a sus bancos y conmocionó a todo el sector bancario europeo al aprobar un impuesto extraordinario que grava en un 40% las ganancias de los bancos que hayan superado el 6% durante el año pasado.
Según el texto de la norma, dado a conocer ayer tras su aprobación en la noche del lunes en el Consejo de Ministros, los bancos que hayan ganado este año un 6% más que el año anterior, y los que en 2022 hayan tenido una ganancia de más de 3% frente al ejercicio precedente, pagarán una tasa del 40% sobre la diferencia obtenida de manera extraordinaria.
El monto del impuesto, en cualquier caso, no podrá superar una proporción igual al 25% del valor de los activos de cada banco.
La medida, explicó el vicepremier Matteo Salvini, es “una norma de equidad social que se dedicará a una ayuda para los préstamos de compra de la primera vivienda y a una rebaja de impuestos” para personas y empresas.
“Se aplica entonces un impuesto del 40% a las ganancias multimillonarias de los bancos”, planteó Salvini.
La medida provocó fuertes desplomes de las acciones de los bancos italianos.
En la Bolsa de Milán, el papel de la Banca Mediolanum cerró ayer con un descenso de 5,96%, el de Unicredit retrocedió 5,94%, el de Intesa San Paolo 8,67%, el de Banca Monte dei Paschi di Siena 10,8%, el de BPM 9,09%, el de FinecoBank 9,91% y el de BPER 10,94%.
Sobre la base de cálculos de analistas, estas acciones en su conjunto perdieron más de 11.000 millones de dólares en capitalización de mercado.
Motivación
Los bancos de la eurozona registraron un fuerte incremento de sus ganancias a partir de la suba de tasas de interés decidida por el Banco Central Europeo (BCE) para aplacar la inflación desatada por la invasión de Rusia a Ucrania. En otros países como el Reino Unido -que no pertenece a la zona del euro- hubo campañas en los últimos meses para aplicar un impuesto similar al dispuesto por Meloni, mientras que el gobierno de Pedro Sánchez, en España, aplicó el año pasado un gravamen temporal de 4,8% sobre el margen de intereses y comisiones netas de las entidades.
También Hungría ha impuesto un gravamen extraordinario al sector, y otros países podrían seguir el ejemplo.
“Uno solo tiene que mirar en los ingresos de los bancos en la primera mitad del 2023, fruto también de las subas de tasas del BCE, para darse cuenta que no estamos hablando de unos pocos millones sino de miles de millones”, justificó Salvini.
El funcionario, cabeza de la fuerza derechista Liga Norte, afirmó que las subas de tasas implicaron un mayor costo del dinero “para familias y empresas” pero que no hubo una contraprestación equivalente para “los consumidores que tienen depósitos”.
Precisamente, lo que hará el impuesto es gravar el 40% del margen de interés neto, que es la diferencia entre lo que se les paga a los ahorristas y lo que ingresa en concepto de intereses de créditos.
“Hemos dicho por meses que el BCE estaba equivocado en subir las tasas y esto es una consecuencia inevitable”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani al diario Corriere della Sera.
Recaudación
El impuesto ayudará también a las finanzas de Italia: desde el año próximo, se reimplementará en la eurozona la normativa que obliga a tener un déficit máximo del 3% del PBI. Se calcula que Italia tendrá un rojo del 3,9% este año y uno de 3,3% el próximo.
En el último año, el principal banco del país, Intesa San Paolo, registró un aumento del 80% de su beneficio neto hasta 4.620 millones de dólares, mientras que su rival Unicredit registró un beneficio semestral de 4.840 millones.
Según calcularon analistas de Citigroup, en una nota difundida por la agencia Bloomberg, el impuesto, que se pagará por única vez, equivaldrá al 19% de las ganancias netas de los bancos de este año.
El Gobierno de ultraderecha estima que le permitirá recaudar 2.200 millones de dólares extras.
Un analista del banco suizo Julius Baer indicó que las firmas “han tenido un año sólido hasta ahora dado que los márgenes de interés netos están aumentando gracias a las tasas más altas”.
“Uno de los problemas con los bancos es que le están dando más dinero a sus accionistas, lo cual incomoda dada la ayuda que obtuvieron en el pasado. Los gobiernos quieren evitar que ese capital extra vaya distribuido solo a los accionistas”, opinó Stephanie Niven de la firma de inversión londinense Ninety One.
Fuente Ambito