
Los robots y la Inteligencia Artificial (IA) irrumpieron abruptamente y recién nos acabamos de percatar. Organizaciones globales analizan la posibilidad de que con ella sea posible reemplazar a algunos empleados que hasta ahora desempeñaron tareas de contratación.
Que un motor de IA pueda mantener charlas coherentes y fluidas e incluso ayudar a los alumnos a aprobar sus exámenes es una realidad. Aun desconocemos los límites de esta y de ChatGPT, pero podríamos suponer -por lo visto hasta ahora- que tendría la capacidad de inferir los pensamientos y deseos de otras personas y aprovecharlo para interpretar y predecir sus conductas. Esto resulta fundamental para las interacciones con otras personas, la empatía, autoconciencia y la moral. Se trata de habilidades que surgen y mejoran durante la niñez y hasta la edad adulta.
Al poco tiempo de ser lanzado sus servidores se saturaron, tanta gente se conectó que a finales de 2022 OpenAI tuvo que redoblar la capacidad de este bot conversacional capaz de producir textos, resumir reuniones de trabajo y crear videojuegos. Su uso, se ha extendido entre los estudiantes de distintos niveles, algunos de los cuales han encontrado en el chatbot la solución definitiva para hacer su tarea en la escuela y en el hogar.
Nuestros sondeos indican que el 10% de los estudiantes podrían hacer trampa al pedirle a la herramienta que escriba sus tareas, pero con un aditamento “simpático” y “peligroso” al mismo tiempo: escribirlo como lo haría un nene de 14 años e incluir errores de ortografía.
El pasado 6 de enero el departamento de educación de Nueva York decidió prohibir el acceso a ChatGPT en los dispositivos electrónicos de las escuelas públicas de la ciudad. El motivo, fue la preocupación sobre los efectos negativos en el aprendizaje estudiantil y sobre “la seguridad y exactitud” del contenido producido por el bot conversacional. Claramente los estudiantes saben qué hacer para que sus profesores no distingan entre una tarea escrita por una AI y por un ser humano.
Asimismo, en Australia, se ha hecho público el uso de ChatGPT, por parte de algunos universitarios, para la realización de sus tareas de clase y exámenes. Ello provocó que, las ocho principales universidades australianas, revisen sus métodos de evaluación para este año.
Está claro que el modelo tradicional de aprendizaje y evaluación debería cambiar, el desafío no es impedir el uso de estas herramientas sino integrarlas al sistema educativo. Ya que la IA no puede pensar y evaluar de forma crítica.
El uso de ChatGPT podría afectar procesos cognitivos necesarios en el desarrollo de memorización, maduración y aprendizaje y la capacidad de comunicación. Esto ya evidenciado también por la inserción absoluta de los dispositivos móviles. En este sentido, algunos sugieren que será necesario la formación de profesores en el uso de chatbots.
Por otro lado, existe un riesgo potencial de que este tipo de algoritmo de IA entrenado con contenido de internet, tienda a inventar información científica e histórica y presentarla como un hecho. Intentar eliminar ChatGPT, Midjourney, Dall-E de las escuelas y universidades podría provocar el efecto “ley seca” crecimiento e intensidad de uso dada la mayor curiosidad de aquellos que no la han utilizado.
Además, una eventual restricción solo sería factible en servidores y dispositivos y redes escolares, los estudiantes continuarían accediendo a través de sus dispositivos personales. En virtud de esta nueva y sorprendente coyuntura OpenAI experimenta con alternativas para diferenciar texto generado por un humano y uno por IA.
Actualmente, ChatGPT es el único bot conversacional gratuito y fácil de usar de su calibre. Pero habrá otros y los estudiantes pronto podrán elegir entre varias aplicaciones, incluidas probablemente algunas que no dejen huellas. Cabe destacar que el 79% de las respuestas obtenidas en nuestra última investigación confirman que los usuarios son conscientes de que esta app no siempre proporciona respuestas correctas y precisas.
Los estudiantes de hoy simplemente podrían pedirle a un bot conversacional que haga un cálculo logarítmico por ellos. Probablemente también millones de alumnos con Dislexia podrán pedirle que los asista, este podría ser un puente para salvar el trastorno del aprendizaje. Las herramientas como ChatGPT no van a desaparecer; sino que van a mejorar, esta forma particular de inteligencia informática es ahora un elemento más de nuestra existencia. Definitivamente será necesaria una intervención regulatoria, la pregunta es: ¿cómo?
La respuesta no es fácil, las innovaciones que nos rodean, especialmente post-pandemia tienen cada vez mayor impacto en nuestras vidas, sobre todo cuando son repentinos y no se explica suficientemente cual es la razón de ser, su función y el objetivo, solo que lo utilicemos.
CEO de BTR Consulting, especialista en riesgo tecnológico y negocios
Fuente Ambito