
El cuento sorprendente, fantástico, practicado por nuestros mayores narradores -Borges, Cortázar, Bioy, Silvina Ocampo, Arlt, etcétera- ha recibido en los últimos años un notable resurgimiento, especialmente a través de escritoras, con los destacados ejemplos de Mariana Enríquez, Samanta Schweblin y Dolores Reyes. A esa tradición, regresando luego de años al mundo del cuento, se suma el narrador y dramaturgo Jorge Accame -tras la pausa acaso provocada por haber recibido el Premio Nacional de Literatura 2022 por su novela “Contrafrente”- con “Un tiempo en la oscuridad”, título que remite a un párrafo del cuento de Borges “There are more things”, que a la vez remite a una frase de “Hamlet”, y que según Accame puede leerse como un texto teórico de ese artefacto que llamamos literatura fantástica y que, a partir de lo dispuesto por Poe, conduce a la extrañeza o al momentáneo espanto.
Si bien todo relato fantástico hace entrar en un espacio de tinieblas -como lo explicara Todorov- para concluir en un destello, en la sorpresa, las tinieblas y, en los mejores casos, el deslumbramiento. Entre los diecinueve cuentos que ofrece Accame hay esos relatos breves que los estadounidenses denominan drabble, y cuya característica es evidenciar la capacidad del autor para expresar ideas interesantes, motivantes y significativas en alrededor de cien palabras. En tanto hay otros que superan la “fiction flash” para extenderse por la atrapante necesidad de la trama. En algunos, Accame pareciera recobrar el registro de ese misterioso mundo religioso, regional, selvático que fuera una de las improntas del uruguayo Horacio Quiroga. Otras, por caso “Flores”, “Lombock” o “La broma de Vallejos” son de aconsejable lectura en los colegios. Hay cuentos que se amplían en su levedad y otros que quedan circulando por el efecto dejado en el lector.
Fuente Ambito