Poroto es el administrador de un tambo familiar constituido por dos hermanos, Julio y Juan Camet. Él es hijo de éste último, llevando su mismo nombre. El establecimiento productivo está asentado en la zona rural de Crucesitas Séptima, en el departamento Nogoyá, Entre Ríos y tiene unos 30 años de vida. Allí, una importante tormenta que se presentó en los últimos días, dejó al descubierto un sinnúmero de problemas que terminaron por afectar la actividad productiva del tambo.
Juan (hijo), comenta que “el tambo arrancó siendo pastoril y con la incorporación de mi persona empezamos a buscar otras alternativas, como de confinar un poco más a los animales, mejorar la parte de alimentos, buscarle más confort a las vacas, a la par de ir incorporando nuevas tecnologías. A su vez encaramos lo que sería un galpón cama caliente, con una pista de alimentación. Fuimos creciendo de a poco, apostando a la lechería, tratando de crecer, de tener al mismo tiempo más responsabilidad con el medio ambiente; manejando la bosta para hacer fertilizante; pensando en proyectos de efluentes para el manejo del agua en el tambo, aspersores, etc. Pero la realidad nos pega un sacudón inesperado”.
Y este gran problema al que hace referencia Poroto se dio por una gran tormenta que ocurrió hace pocos días, que dañó los galpones del tambo y generó inundaciones, afectando además no sólo los accesos al tambo, sino gran parte del tendido eléctrico de la zona.
“Nosotros tenemos generador propio, pero a ser a combustible debimos limitar su funcionamiento por la noche para no quedarnos sin electricidad. La realidad es que esta situación no nos permitió volver a ingresar al campo, quedamos aislados. No podíamos ingresar alimentos para los animales, ni leche, ni combustibles. Tenemos además unos caminos que ya venían de muchos años de abandono, lo que posibilitó esta tormenta perfecta en materia de problemas. No teníamos forma de entrar, los puentes se habían caído, eran muy viejos y sin mantenimiento. A pesar de que hubo muchos pedidos formales para que aborden el problema y nos brinden soluciones, con promesas de que lo iban a hacer, y no hubo respuesta en años”, expresó indignado Juan, al tiempo que se refirió al video que ya está circulando en las redes donde se observa que toma la decisión de vaciar sus tanques refrigerantes de leche.
“La realidad es que tirar la leche es uno de los dolores más grandes que te pueden pasar como tambero, muchos productores lo saben a esto. Tirar la leche es retroceder, lamentablemente. Teníamos que seguir ordeñando las vacas y teníamos que liberar el espacio para la nueva leche”, detalló Camet.
El productor también reflexionó sobre la lechería que a su generación y en tiempos actuales les toca vivir, por lo menos en su provincia. “Hoy no tenemos caminos en condiciones, no hay apoyo por parte de los últimos gobiernos. La lechería está en una situación muy crítica, hilando muy fino desde la parte económica. Tener que atravesar por eso te hace replantearte muchas cosas. Sabemos que estamos en un verano donde se espera un Niño de moderado a fuerte, por lo que ya da miedo pensar en el invierno, con precios planchados y un futuro incierto sin posibilidad de mejoramiento de caminos y de puentes. Uno por ahí también se plantea si no seremos ingenuos en invertir en un lugar así, si no conviene vender todo antes de que llegue el invierno. Hoy estamos en una actividad donde vemos que perdemos plata, que es una lucha diaria, y la realidad es que estamos muy solos y eso termina afectando mucho”.
Camet le comentó a TodoAgro que mantuvieron recientemente una reunión con el nuevo ministro de Producción, a quien le plantearon sus problemas y tratarán de buscarle una solución al mismo, con el fin de que otro tambo argentino no cierre sus tranqueras.