Más que un DNU, esto es un mandato imperial a la colonia, el fin de la democracia formal del país semicolonial, el fin de la poca soberanía que teníamos para determinar qué hacer con los recursos que contábamos, que en verdad eran en su mayoría saqueados por el poder imperial y una minoría oligárquica y cipaya.
No les alcanza ya con la intermediación de una clase política, sindical, social, judicial dócil a sus intereses, que cumplió con creces en 40 años de democracia formal el mandato de extranjerizar y reprimarizar la economía, permitir la fuga de miles de millones de dólares al poder central, llevando a nuestro pueblo a ser saqueado y a convertirlos en parias en su propia Patria. En un país inmensamente rico en producción física.
El mandato imperial, o el DNU en la formalidad, viene a definir el nuevo modelo de dominación, sustituyendo la intermediación política por los monopolios en la planificación económica del saqueo.
El mandato imperial ordena desregular para monopolizar, ordena la entrega de nuestras tierras, nuestras empresas, nuestros recursos, nuestros alimentos, de nuestras conquistas y derechos.
Esta nueva realidad se verá acompañada de la creación necesaria de un estado colonial de mayor vigilancia y represión sobre el pueblo de la colonia, contra la organización política de la resistencia patriótica..
Dos fuerzas competirán en la resistencia. Las que quieran volver al país semicolonial que las incluía, como intermediación ante el imperio, recibiendo concesiones, que se ofrecerán a hacer el ajuste con mejores modales, o que se organiza para ser la salida consensuada para el desastre económico y social que dejara el estado colonial. También está la otra, la que irá construyendo el pueblo en el llano para recuperar la Patria y hacer la patria de todos.
A esta declaración de guerra que significa el mandato imperial llamado DNU a 10 días de haber ganado las elecciones, la tarea es construir la resistencia: luche y se van debe ser la consigna. A la vez buscar la unidad tras un programa de recuperación nacional y la creación de un gobierno revolucionario lleno de pueblo y trabajadores, incluyendo el primer día de gobierno al pueblo más humilde en la vida política y social. Y eso es trabajo y salario. Será la única manera de resistir el embate del enemigo.
Fuente Tiempo Argentino