Hoy reunirá a su Confederal para avanzar hacia un plan de lucha y, eventualmente, un paro nacional aunque todo indica que no le pondrá fecha.
La CGT cumplió ayer con creces el primer paso de su estrategia para desactivar la reforma laboral por decreto de necesidad y urgencia de Javier Milei al encabezar una movilización que, si bien módica para las posibilidades de los convocantes, bastó para colmar la plaza de los Tribunales porteños y dejar en falsa escuadra el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich. Hoy hará la segunda acción con la convocatoria al Comité Central Confederal, el máximo órgano deliberativo, para delinear la continuidad de un plan de lucha que podrá cristalizarse en un paro de actividades recién hacia febrero, admitieron en la “mesa chica” de conducción.
En compañía de las dos versiones de la CTA, la los Trabajadores y la Aubtónoma, y de los movimientos sociales agrupados en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) la marcha de ayer constituyó la respuesta inaugural desde el peronismo al DNU y, como se dio a conocer por la tarde, el proyecto de “ley ómnibus” de los libertarios a ser tratado en sesiones extraodinarias del Congreso. Como adelantó este diario, con un plan de lucha votado hoy en el Confederal -sin fecha de ejecución- la CGT aguardará por el relevo de las estructuras del PJ, tanto gobernadores como intendentes y legisladores, así como La Cámpora, a quienes les endilga no haber tomado protagonismo tras los anuncios de Milei.
Cumplido el debate de hoy la CGT prevé un enero de monitoreo del humor social a partir del impacto en el bolsillo de los trabajadores de las medidas implementedas por el equipo económico libertario. Para los dirigentes será un verano signado por la poca afluencia de turistas a la Costa Atlántica y otros centros estivales. También, por un aluvión de aumentos a gran escala que golpearán particularmente a la clase media y a los sectores más desprotegidos, que irán desde alimentos y otros productos de la canasta básica hasta alquileres, tarifas de servicios públicos y del transporte de pasajeros, y cuotas escolares y de la medicina privada.
La central obrera decidió de forma unánime no imponerse al clima social sino darle contención y cauce. Es decir, no anticipar un plan de lucha que necesariamente deberá involucrar a muchos trabajadores votantes de Milei sin antes esperar por un desencanto generalizado frente a la inflación espiralizada que el propio gobierno vaticinó para los primeros meses de 2024. El único que la semana pasada, en una reunión plenaria, propuso un paro para antes de fin de año fue el ferroviario Omar Maturano (maquinistas, La Fraternidad) pero rápidamente fue convencido por Héctor Daer de deponer esa moción para acompañar un programa más gradual de conflictividad.
En paralelo ayer mismo comenzó con una oleada de medidas cautelares presentadas ante fueros como el del Trabajo, el Contencioso Administrativo y el Civil y Comercial para buscar un amparo de freno al DNU. Lo hizo en consulta con su propio equipo de abogados y también de otros referentes legales de la oposición como Ricardo Gil Lavedra. Además avanzó en esa línea con las reuniones que mantuvo esta semana con los bloques de Unión por la Patria en Diputados y la Cámara alta.
Fuente Ambito