Sigue la efervescencia en el Congreso por “ley ómnibus”

Que aunque corto, el viaje que emprendió hoy el presidente Javier Milei al Foro de Davos, en Suiza, seguramente dará un par de días de respiro en el máximo nivel político del país, aunque sigue recalentado el ambiente parlamentario que continúa decantando la sacudida política que recibió en las últimas semanas del año pasado. Y, cuando finalmente comenzaron a sesionar (casi un mes después de lo previsto), además, de los frentes pulverizados que aún no definen sus nuevas conformaciones (en general, cruzadas), la segunda cosa que llamó la atención fue el nivel de agresividad y falta de educación que ostentaron en los debates (?) muchos de los “representantes del pueblo”, especialmente varios de los recién ingresados. “A este paso, van a tener que imponer un código de comportamiento. Estas situaciones eran extraordinarias hasta no hace mucho, pero ahora se está llegando al descontrol”, reconocía uno de los ujier más antiguo, alarmado por el comportamiento y la falta de respeto institucional, y de las jerarquías. Igual, y medio a los tumbos, se van perfilando las comisiones, y aumenta la presión de los sectores privados para acercarse a los legisladores -a favor y en contra- de las propuestas oficiales. De hecho, mientras surgen propuestas alternativas, como la del aumento de 1,5 punto más del Impuesto PAIS para evitar el incremento de los impuestos a la exportación -retenciones-, que especialmente en el caso del campo que aporta las más voluminosas en monto, es rechazado tanto por los productores, como por las empresas, y los gobernadores, al tratarse de impuestos no coparticipables. La actividad, que llega a ser febril en algunas oficinas, tuvo su punto máximo con la asistencia al Congreso de varios de los principales ministros y funcionarios, tal como pedía la oposición, y que tuvieron un desempeño dispar, aunque previsible. De hecho, el ministro del Interior, Guillermo Francos es, probablemente, el más consistente y con mejor manejo político para enfrentar el disenso, en tanto que otros no tienen la misma preparación, ni fortaleza. Uno de estos casos fue el del titular de Agricultura, que además de tener que “explicar” la suba de las retenciones que plantea el oficialismo, volvió a la carga con un viejo discurso académico que poco o nada tiene que ver con la compleja coyuntura que atraviesan las provincias en este momento, lo que le mereció un rápido cruce respecto a “lo que se declama” vs. “lo que se hace”. “Billetera mata galán”, fue el comentario de diputado mediterráneo, a pesar de que el funcionario en cuestión dista de entrar en la categoría de “galán”.

Fuente Ambito

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