Gastón Portal: “Lo que hace Cyrano es grooming, hoy estaría penado por la ley”

La relación cómplice de una madre con su hija, para ayudarla a superar su aislamiento, se va transformando de la forma más inesperada en “Cyrana” (Planeta) de Gastón Portal, opera prima del director, guionista y productor de cine y televisión, que participó desde “Semanario Insólito” y “PNP” junto a su padre, Raúl Portal, y construyó la productora GP Medios, que vendió, hizo series de televisión, y tras una etapa en Miami, regresó al país. Dialogamos con él.

Periodista: ¿Qué lo llevó a retratar a esta adolescente tímida, retraída, y su madre, que busca ayudarla a salir de eso?

Gastón Portal: Lo de Emilia es más aislamiento que timidez. Su mundo es la computadora, no tiene contacto social. En el colegio no tiene amigos, tiene contactos. En las redes sigue a todos, y a ella nadie. En la compu hace un comic donde ella es un fantasma. Eso lo descubre la madre. Se da cuenta de la desconexión social de su hija y decide hacer algo. Cuando se escribe de forma continuada sobre distintos temas hay un momento en que uno se da cuenta de que hay dos o tres temas dominantes; en mí caso es la relación de una madre con su hijo o su hija. Me decidí a profundizar en eso.

P.: ¿Por qué la novela que va cambiando de géneros? Comienza por el apoyo maternal y va pasando a la manipulación, lo erótico, lo porno, lo perverso, el terror, para concluir en lo policial.

G.P.: Esa montaña rusa de géneros se fue dando, fue el camino. Me pasó con “La noche mágica”, la película que escribí y dirigí, con Natalia Oreiro y Diego Peretti, que empieza como una comedia familiar y se vuelve un drama violento. Eso me atrae porque creo que la vida es a diario una permanente mezcla de géneros, como en el “Ulises” de Joyce. En cine eso en general está contraindicado, pero yo estaba en la libertad de una novela.

P.: ¿Buscó que la forma de contar llevara a vivir la evolución del drama?

G.P.: Toda la historia está narrada, alternativamente, en primera persona por la hija y por su madre en capítulos cortos. Al principio la chica está encerrada, trabada. Habla de ella en primera y en tercera persona indistintamente. Se distancia para verse como si fuera un bicho de laboratorio. Hasta que alcanza cierta seguridad gracias a Cyrana, el personaje que su madre le hace componer para las redes, y en especial para sus compañeros del colegio, y sobre todo para Lucas, el chico que a Emilia le gusta, para quien ella es invisible. Si al final hija y madre terminan hablando juntas y en plural es por en lo que han caído, y hasta qué punto una mujer y una hija no son un poco la misma persona.

P.: Así como la hija tiene problemas de relación, la madre también tiene los suyos.

G.P.: Que la hija se convierta en Cyrana, marca la relación con el Cyrano de Bergerac de la obra teatral, con el hecho de que la madre le diga a Emilia cómo debe ser su imagen, le escriba lo que tiene que decir. La madre habla a través de su hija. Ella está separada, con problemas con su ex, y se siente casi vieja. Busca ayudar a Emilia, no se sabe si inconscientemente sus intenciones son para probar de nuevo la juventud. El vampiro cuando prueba sangre ya no vuelve atrás. Lo que hace el Cyrano de Rostand es grooming y hoy está penado por la ley. Lo que hace la madre está penado por la ley. Hacerse pasar por una menor para seducir a un menor está penado. Las intenciones son buenas, a la nena le sirve, pero las terapias alternativas a veces traen daños colaterales.

P.: “Cyrana” es su opera prima…

G.P.: Es mi primer libro, hace años que trabajo como guionista y director. Para escribir cada historia, cada biblia, como se le dice cuando se trabaja para presentar un contenido armado, con definición de los protagonistas. Yo no empiezo por con una escaleta sino por un cuento que me permite conocer mejor a los personajes; cuando los tengo recién empiezo con el guión. Lo hice así con “Cyrana”, pero volvía a las primeras escenas. Me di cuenta de que tenía que seguir desplegando su cuento, y que eso me iba a llevar más de doscientas páginas. Eso se superponía al mucho laburo con mi productora de contenidos, de series. Me sirvió la pandemia. Escribir es una tarea dura y metódica. Así logré sacarme la mochila de la no publicación, y ya estoy en la próxima novela.

P.: ¿Cómo fue que luego de vender su productora GP Media, se fue a trabajar a Miami y después volvió?

G.P.: Desde chico pensé que iba a escribir y dirigir cine. A los catorce años entré en el mundo de la radio y la tele acompañando a mi viejo (Raúl Portal) en “Semanario Insólito”. A los 16 años compaginaba audios para su programa de radio. Después vino “PNP” (“Perdona Nuestros Pecados”), su éxito me llevó a armar una productora. Pensé que con ella no iba a depender de otros y hacer ficciones, fue al revés, me pasó como en “Ladrones de medio pelo” de Woody Allen, la productora no paró de crecer, tuvimos 250 empleados. En un momento pateé el tablero, vendí la productora, y me dediqué a hacer series: “Los sónicos”, “Babylon”, “las 13 esposas de Wilson Fernández”, “La última hora”. Durante el gobierno de Macri me pasé un año y medio sin trabajar. Aún no estaban globalizadas las plataformas. Me fui a Miami y comencé con Weblits, mi productora actual y yo soy mi empresa, que es mucho más cómodo. Regresé a la Argentina con las relaciones que había establecido en Estados Unidos y México.

P.: ¿Ahora qué está escribiendo?

G.P.: El guión para una película de un subgénero del terror los infectados. Me está pasando como con “Cyrana” que la concebí como una serie y terminó siendo una novela.

Fuente Ambito

Exit mobile version