Un film sobre una prostituta ganó la Palma de Oro en Cannes

Cannes — El director estadounidense Sean Baker ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes por “Anora”, un film que tiene a la prostitución como uno de sus temas centrales y que se basa en la relación entre una bailarina que se transforma en escort (Mikey Madison), y mantiene una relación con el multimillonario hijo de un oligarca ruso (Mark Eydelshteyn). “Anora” es la tercera película de Baker que se exhibió en Cannes, luego de “The Florida Project” y “Red Rocket”. Baker dedicó la Palma a “todos los trabajadores del sexo, pasados, presentes y futuros”.

El Gran Premio, presentado por Viola Davis, fue para “Todo lo que imaginamos como luz”, de Payal Kapadia, la primera película india que participa en Cannes desde 1994. El melodrama político iraní “La semilla del higo sagrado”, del director disidente Mohammad Rasoulof, que huyó de Irán pocas semanas antes del festival, recibió el Premio Especial del Jurado.

La protagonista de “Emilia Pérez”, de Jacques Audiard, ganó el premio a la mejor actriz, siendo así que Karla Sofía Gascón en la primera actriz trans en ganar en Cannes. “Emilia Pérez” también recibió el Premio del Jurado. Y Jesse Plemmons fue mejor actor por “Kinds of Kindness”, de Yorgos Lanthimos.

Finalmente, Francis Ford Coppola, que se volvió con las manos vacías por su discutida “Megalópolis”, le entregó un premio a la trayectoria a su colega y amigo George Lucas, el creador de “Star Wars”.

Este fue el primer año, en mucho tiempo, en que la Argentina no se hizo presente con un stand en Cannes. Pero, curiosamente, seis, sobre un total del total de ciento cincuenta películas exhibidas en el mayor Festival del mundo, eran originarias de nuestro país. Es cierto que en ninguna de las dos secciones mayores (Competencia oficial, Un certain regard) la Argentina estuvo presente.

También que “Transmitzvah”, de Daniel Burman, solo tuvo una única función en el Cinéma de la Plage, escenario usualmente reservado a films clásicos. Al menos queda el consuelo de que la Semana de la Crítica, sección paralela, galardonó con su premio mayor a “Simón de la montaña”, del debutante Federico Luis.

Dos de los seis títulos argentinos son clásicos de muy diferente época. En la sala Buñuel se exhibió la versión restaurada de “Rosaura a las diez”, de Mario Soffici, presentada por Luis Alberto Scalella, director de Argentina Sono Film y presidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF). Y en el ya nombrado cine de la playa, la versión restaurada de “Nueve reinas” recientemente vista en salas de nuestro país

Los dos restantes films, de un total de seis, fueron a ACID (“Los domingos muere más gente”, de Iair Said) y a la Quincena de Cineastas (“Algo viejo, algo nuevo, algo prestado”, de Hernán Roselli).

Festival muy mediano

En 2024 hay acuerdo mayoritario de la crítica en que la calidad media de los films exhibidos ha sido inferior a la edición anterior. Probablemente las expectativas mayores estaban depositadas en “Megalopolis”, de Francis Ford Coppola, producción que habiendo superado un presupuesto de cien millones de dólares y con actores veteranos como la dupla de “Perdidos en la noche” (Dustin Hoffman y John Voight), que poco aportaron a sus consagradas carreras.

Única curiosidad, seguramente ya vista en el pasado, fue la aparición en un momento de la proyección de una persona, munida de un micrófono y desplazándose delante de la pantalla. Dicho efecto seguramente no se repetirá cuando “Megalópolis” sea exhibida comercialmente en las pantallas del mundo.

Entre los hechos más relevantes vale citar el doble homenaje a Meryl Streep en la lograda ceremonia de apertura y la conversación con el público al día siguiente, mientras se pasaba revista a abundante número de films de su relevante carrera artística.

Hubo mucho cine francés, bastante norteamericano y escaso aporte latinoamericano, salvando la Argentina y un poco Brasil, aunque el film “Motel Destino” de Karim Ainouz, no mereció integrar la Competencia oficial, siendo mal recibido por crítica y público.

El Mercado (Marché) acrecentó su tendencia hacia un oligopolio, en que grandes empresas tienen adquirido de antemano o concretan sus ofertas de un “paquete” para toda América Latina. Por suerte no siempre es así y se da el caso de que el film francés “Le deuxieme acte”, que inauguró el festival, fue adquirido por un distribuidor independiente para toda América Latina. Sin embargo, son las plataformas –pensar que Netflix tenía vedado hace pocos años su ingreso a la Competencia oficial– las que aparecen llevándose la parte del león de la producción mayor, inclusive si no estrenan en sala.

Curiosidades del Festival: en tres oportunidades, “Modern Love”, de David Bowie aparece: durante la inauguración y en, al menos, dos películas. ¿Justifica acaso figurar en el Guinness?

Otra: por primera vez un film de animación tenía chances concretas de ganar la Palma de Oro. Nos referimos a “La más preciosa de las mercaderías” del realizador Michel Hazanavicuius (“El artista”), donde el tema muy frecuentado de la Shoah aquí se presenta en un formato inhabitual. Y donde emociona escuchar como narrador, la voz de alguien muy querido, Jean Louis Trintignant, fallecido poco después de que teminara la grabación.

Un diario local se hizo eco de los altos costos del Festival, particularmente la oferta hotelera. Con casi 40.000 visitantes (mayoría Mercado y Producción/Ventas) en los 120 hoteles de Cannes el precio se multiplicó por cinco, frente a su valor en noviembre, por ejemplo. Números que dan escalofríos: las habitaciones en los hoteles de cinco estrellas se alquilan por noche entre 1500 y 2000 euros. Pero estos no son los números más elevados ya que los mismos establecimientos cobran por una suite frente al mar alrededor de 7000 euros diarios.

Finalmente, a la hora de los Palmares señalemos que quien no obtuvo con justicia ninguno fue “Marcello Mio”, de Christophe Honoré. Un periodista cercano nos había adelantado, antes de su presentación en Cannes y por lectura del guión, lo absolutamente fallido del homenaje a Mastroianni, pese a contar con su hija Chiara como “alter ego” y a la madre de ésta (Catherine Deneuve) en el reparto. No se equivocó el colega: el fiasco fue total.

En compensación y lamentablemente fuera de competición y en la intrascendente sección Cannes Première, una perlita. Se trata de “En fanfare” del francés Emmanuel Courcol. La buena noticia: fue adquirida para ser exhibida en cine en la Argentina. La temática incluye asuntos muy humanos como la de dos hermanos que conocen de su existencia casi por azar, cuando uno necesita un trasplante.

El otro la música que los une, ya que uno es un gran director de orquesta y el otro un modesto saxofonista de una banda (fanfare) de pueblo. La sorpresa, al final de la proyección, los veinte miembros reales aparecieron en la gran sala donde se exhibía y el aplauso y emoción se prolongó por más de diez minutos.

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Fuente Ambito

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