Es hijo de un histórico goleador, lo dirigió Maradona y ahora es agente inmobiliario

Todo aquel que le guste el fútbol argentino sabe que el apellido Calderón es sinónimo de gol. José Luis Calderón, campeón con Estudiantes de la Plata, Arsenal de Sarandí, Argentinos Juniors y Cambaceres, se convirtió en uno de los goleadores más destacados del siglo en el país. Sin embargo hoy no hablaremos de la gran trayectoria que tuvo este exgoleador de raza, sino que contaremos la increíble historia de Lucas Calderón, su hijo.

Nacido en La Plata un 30 de junio de 1998, fue criado entre canchas, botines y pelotas. Siguió los caminos de su padre y se convirtió en lo que muchos sueñan: ser futbolista profesional. Sin embargo, una serie de hechos hicieron que el exdelantero cambie el rumbo para dedicarse a un negocio que nada tiene que ver con lo que fue su primera profesión: ¿Qué pasó que colgó los botines a sus 25 años?

La carrera futbolística de Lucas Calderón

Pese a haber hecho inferiores en Estudiantes y a que su padre sea un ídolo del club, Lucas se cambió de vereda. Con el pase en su poder, en 2017 llegó a Gimnasia de la Plata para poder hacer su debut oficial en octubre de 2018 en lo que fue la victoria 1-0 del Lobo al Tomba en “El Bosque”. “Pero yo me hice solo, cuando debuté en Gimnasia fue por mérito propio no por ser el hijo de”, sentenció el joven exfutbolista que se desempeñaba como extremo en una entrevista con Olé.

En su paso por el Lobo se lleva el mejor recuerdo y regalo que el fútbol le pudo dar: ser dirigido por Diego Armando Maradona. Diego llegó al “Lobo” para salvarlo del descenso en septiembre de 2019 y si bien Lucas no tuvo demasiadas oportunidades, contó cómo fue tenerlo de cerca a uno de los mejores de la historia: “Divino. Lo sentís cerca todo el tiempo. Hablaba con todos y estaba en constante comunicación con el plantel. Era más escucharlo a él que ir a hablarle porque te daba cosa de no saber cómo entrarle, ja.”

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Pero las cosas comenzaron a complicarse para el hijo de “Caldera”. Luego de Gimnasia tuvo pequeños pasos por diversos clubes como Villa San Carlos, Cipolleti, Sportivo Las Parejas y hasta el año pasado defendió los colores de Bella Vista de Uruguay. A los 25 años, Lucas decidió colgar los botines y abandonar toda una vida de sacrificios para enfocarse en otra cosa.

“En 2022, cuando jugaba en Sportivo Las Parejas me metí con un representante muy groso del fútbol que lo tuvo a mi viejo en casi toda su carrera y me dejó parado por más de ocho meses. O sea, tuve un representante con contactos y me colgó. Yo deseché un montón de cosas por este representante y me quedé sin jugar. Me ofrecieron ir a Europa un montón de veces y deseché muchas ofertas del fútbol local. Entonces, va pasando el tiempo, las cosas no se dan y te vas quedando sin nada. A mí me pasó eso. Me cansó el ambiente actual del fútbol. El cansancio está acumulado de un montón de cosas: luchar contra el negocio del fútbol y de las cosas que no dependen de vos. Yo jugué un montón y me quedé sin nada. Vos das todo y las puertas no se te abren”, comentó Lucas al recordar qué fue lo que pasó. Además, agregó: “Cuando empezás a padecer lo que disfrutaste toda tu vida se pone bravo”.

Qué hizo Lucas Calderón tras retirarse del fútbol

En la actualidad, a sus casi 26 años, Lucas está dedicado de lleno y con esperanza al negocio inmobiliario. Es agente de Re/Max en su ciudad natal donde se dedica a “buscar, vender y ofrecer” inmuebles.

De todas formas la profesión no es algo que cayó del cielo como por arte de magia, sino que viene de familia. Su abuelo había tenido una inmobiliaria y su madre también se dedica al rubro: “Es la mejor decisión que tomé: estoy entusiasmado y con ganas de aprender. Hoy apuesto a seguir creciendo”.

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En resumen, a Lucas Calderón no le hizo falta ser demasiado grande para darse cuenta que su camino no se encontraba en el mundo del fútbol. El hijo de José Luis puede ser para muchos un joven ejemplo de resiliencia y madurez, enseñando que nunca es demasiado tarde o demasiado temprano para buscar los caminos que te lleven a la plenitud.

Fuente Ambito

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