El round del Senado multiplica las dudas sobre cuántos votos tiene el oficialismo

El Gobierno espera que el Senado apruebe los dictámenes de la Ley Bases y del Paquete Fiscal dos días después de cumplir los primeros seis meses de gestión. La vicepresidenta Victoria Villarruel convocó a una sesión para el próximo miércoles, con la misma expectativa, aunque dentro de la bancada oficialista admiten que hay una ajustada mayoría de 37 voluntades que podría lograr la aprobación en general. Sin embargo, crecen las dudas a la hora del debate en particular, donde temen que surja una nueva articulación de la oposición para llegar a mayorías especiales y blindar determinados artículos para evitar que sean desechados cuando los textos vuelvan a ser girados a Diputados, en segunda revisión.

«Han vuelto los librepensadores para la votación en particular», advirtió el viernes una espada del oficialismo cuando salia del Senado. Lo dijo para mostrar que los números que han tejido hasta ahora muestran hasta dónde llega el poder del flamante ministro coordinador, Guillermo Francos, desde que tiene lapicera para negociar con poder y presupuesto. La titular del Senado tuvo una larga reunión con su secretario parlamentario Agustín Giustinian para analizar el escenario antes de este fin de semana y para acelerar los ajustes en la negociación en las 48 horas previas a la sesión. Esperan un debate que supere las 10 horas y no descartan que el segundo tramo se complique cuando cada fuerza ponga en juego los porotos para los artículos.

«Vemos un panorama complejo. El dictamen no nos aseguraba llegar al recinto y por eso estiramos todo, porque sólo tenemos el dictamen, y es solo un porcentaje del proceso», detallaron en la bancada oficialista para confirmar que todavía queda un camino largo por recorrer. Los dos dictámenes ya tienen una definición que define lo que viene. Ambos incluyeron modificaciones a las versiones que vinieron de Diputados y si son aprobados en el recinto, volverán a esa cámara de origen. El artículo 81 de la Constitución establece que Diputados podrá aceptar los cambios o descartar los que vienen del Senado, salvo que las modificaciones vengan aprobadas por dos tercios de los presentes. Si eso sucede, el oficialismo en la cámara baja debería reunir el mismo número para ratificar o aceptar. Esa posibilidad abre una ventana para una nueva articulación entre radicales y peronistas que podrían blindar algunos artículos y evitar que sean anulados en Diputados por el oficialismo, que no tiene posibilidades de alcanzar los dos tercios.

Por esa razón el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, se reunió el martes pasado con los diputados de la oposición dialoguista. Revisó cada una de las votaciones en particular y pidió que no se deshagan esas mayorías cuando llegue la segunda revisión del Senado. Sus interlocutores le mostraron buena predisposición pero le advirtieron que la amenaza del veto presidencial aumentaba innecesariamente la tensión y le pidieron que sean menos erráticos en la relación con el Congreso. Mientras Rolandi escuchaba los planteos de radicales y otros aliados esquivos, en el recinto de la Cámara Baja avanzaba la sesión especial solicitada por el radicalismo para avanzar con el tratamiento de una recomposición jubilatoria. Fue posible por una segunda articulación entre todos los bloques opositores para alcanzar el cuórum reglamentario y esta vez aprobaron un dictamen indigerible para el Gobierno. Por 162 apoyos, 72 rechazos y 8 abstenciones alcanzaron los dos tercios de los presentes y pusieron en aprietos al oficialismo con un revés para el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, que cuenta con todos los apoyos y resortes que le brinda el gobierno a través de la secretaria General de la Presidencia Karina Milei.

«Si Menem, que es el delfín más destacado del karinismo, no pudo frenar la nueva ley de movilidad jubilatoria, es porque la oposición está apretando los dientes y siente que la gente está perdiendo la paciencia. Por eso ahora pueden cambiar la agenda e imponer la de ellos, con una votación que antes no alcanzaban porque se trataban como la mancha venenosa», evaluaron en el Senado. La articulación opositora, para los escuderos de La Libertad Avanza, fue posible por los errores del Gobierno que ayudó a disipar las resistencias de un sector de la oposición que no quería quedar pegada al kirchnerismo en ninguna votación.

La foto de Diputados es lo que más preocupa en el Senado, ahora que faltan 72 horas para el debate un debate definitorio. El inventario de cambios irresueltos revela que el oficialismo sigue son conseguir todos los votos para cuidar todos los artículos de los dos proyectos. El Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI) podría perder artículos y lo mismo podría pasar con la declaración de zona desfavorable para aumentar el mínimo imponible del Impuesto a las Ganancias para las provincias patagónicas.

En el paquete de privatizaciones aparecen dos temas que encierran sorpresas. Sigue el desacuerdo para vender Aerolíneas Argetinas y el Correo. También crecen las dudas sobre las facultades especiales y respecto al artículo 3, que permite cerrar o fusionar organismos, pero con algunos protegidos. Detrás de esos ejes se aceleran los diálogos entre los dos sectores de una oposición fragmentada y desconfiada, pero que podría llegar a acuñar dos tercios para volver a marcarle la cancha al gobierno en algunos artículos determinantes. Uno de los termómetros depende de la estrategia que adopte Unión por la Patria y si sus autoridades aceptan que no llegarán a impedir la aprobación en general de la Ley Bases, pero con amplias chances de construir mayorías que serían tan indigeribles para el oficialismo como la media sanción de la recomposición jubilatoria en Diputados.

La señal que salió el martes de la Cámara Baja cayó pésimo en la Casa Rosada. El presidente dijo que vetará el texto si es aprobado por el Senado. La oposición envalentonada recordó que podría desconocer el veto con la ratificación de las dos cámaras con dos tercios en cada una. Si Milei insiste podrían meterle una consulta popular vinculante establecida en el artículo 40 de la Constitución. Ante semejante afrenta, Francos bajó un cambio. No descartó el veto, pero si hay ratificación del Congreso no habrá desconocimiento, sino la aplicación de la norma, pero a partir de un duro ajuste a otras partidas. Señales para seguir tejiendo en medio de una negociación donde algunos senadores amagan con no bajar el miércoles si Milei no garantiza que acatará las decisiones del Poder Legislativo. Esos flecos siguen sueltos y resta muy poco para el examen del miércoles. Para entonces Milei habrá cumplido 185 días en el poder.

Fuente Tiempo Argentino

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