Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, y en medio de posturas anti inmigración cada vez más estrictas en Europa, SINGA, una organización dedicada a la inclusión de los recién llegados, destaca una situación aún crucial: la alarmante degradación profesional de los refugiados, en la que un 47,5% de las personas migrantes con títulos de educación superior ocupan puestos que requieren menor formación de la que tienen.
Lo cierto es que el número de desplazados en todo el mundo supera los 100 millones y si bien estos flujos no son los más importantes en escala en Europa y en España, esta ONG con sede en Barcelona subraya la urgencia de prepararnos para incluir a estas personas que llegan con un bagaje de múltiples talentos a una Europa que necesita de esa diversidad y de su aporte a la innovación.
El emprendimiento, vector de inclusión social y dinamismo económico
Los emprendedores que se encuentran en un lugar diferente al de su nacimiento son muchas veces los talentos que se encuentran infravalorados, éstos enfrentan numerosos obstáculos al momento de sumarse al mercado, como la falta de reconocimiento de habilidades desarrolladas en el extranjero, largas complejidades administrativas, profesiones restringidas solo para los locales, importantes barreras lingüísticas, racismo y discriminación.
El trayecto hacia mejores oportunidades está lleno de peligros que ponen en riesgo la propia vida, entre travesías peligrosas, contrabandistas y traficantes de personas, para cuando finalmente llegan a Europa, concentran su energía en la tarea de conseguir documentación local y un estatus legal en el país de acogida. Asimismo, los contratiempos administrativos y legales sitúan a las personas sin papeles en una situación de desventaja cuando se trata de disfrutar de derechos básicos como la vivienda y el trabajo.
Para Flavia Catacora, directora de SINGA Barcelona: “Definitivamente no hay un camino fácil hacia Europa, y es nuestra responsabilidad abogar por políticas que defiendan la dignidad y los derechos humanos de estas personas en todo su proceso migratorio, ya que actualmente estamos asistiendo a una reducción de las normas de protección, la disuasión de las llegadas, y a detenciones y devoluciones forzosas”.
España y la inclusión profesional de los inmigrantes: una oportunidad para potenciar la economía
España está dando pasos significativos hacia el reconocimiento de su situación migratoria, siendo un ejemplo a seguir para el resto de países europeos. El 9 de abril, el Parlamento español aprobó en primera instancia, para continuar luego su tratamiento, la toma en consideración de la ILP Regularización, una iniciativa ciudadana para regularizar la situación de alrededor de 500.000 personas migrantes, acelerando su inclusión en el mercado laboral. Sin embargo, todavía el colectivo enfrenta desafíos sustanciales, incluidas tasas de desempleo más altas y una representación excesiva en sectores precarizados como la agricultura y los servicios domésticos, en los que aún existe un gran despliegue de trabajo informal.
En 2021, la tasa de paro de los inmigrantes fue del 22,4%, frente al 14,6% de los españoles. Además, más de la mitad de los inmigrantes con educación universitaria están sobrecualificados para sus puestos, en comparación con el 33% de los nativos españoles según el Brain Waste – Lighthouse Report. Allí tiene relevancia el espíritu empresarial, que a menudo se convierte en un medio crucial para que estas personas trabajen en su campo de especialización y creen su futuro de forma independiente.
La proporción de trabajadores autónomos de países no pertenecientes a la UE ha aumentado un 60%, lo que representa el 8% de la población activa independiente. Los inmigrantes contribuyen al 15% de la creación de empresas en países como Francia y 21% en Alemania (CEPI, 2019). La optimización de las capacidades de los inmigrantes podría aumentar el PIB de Francia, sede central de la ONG, en casi un 7% a largo plazo. “La inclusión es una respuesta obvia al desafío del crecimiento económico y la competitividad europeos, es una fuente de creatividad global y una palanca de solidaridad intergeneracional”, declaró Benoît Hamon, director general de SINGA Global.
A la luz de estos hallazgos, esta organización está acelerando sus programas de emprendimiento en toda Europa, desarrollando módulos de empleabilidad en varias ciudades e implementando iniciativas de tutoría y creación de redes para atender mejor las necesidades de los recién llegados deseosos de desarrollar sus proyectos. Hasta la fecha, la red SINGA ha apoyado a más de 2.000 personas migrantes y refugiadas en todo el mundo, y como refiere Catacora: “Es urgente regularizar a quienes no tienen papeles, cualquiera que sean sus motivos de migración, así fueran políticos o económicos; nuestra misión es demostrar que la migración no sólo sirve para cubrir puestos de trabajo «difíciles», sino que es una oportunidad para atraer mentes cualificadas y promover una innovación que beneficia a cualquier sociedad de acogida”.
“Trabajamos para impulsar el potencial de las personas migrantes y refugiadas reconociendo su autonomía y rechazando la victimización, al mismo tiempo que reconocemos los retos a los que se enfrentan; nuestro objetivo es devolverles la confianza en sí mismas, así mediante los programas de emprendimiento les prestamos apoyo en distintos ámbitos para que sus proyectos tengan más posibilidades de éxito”, finaliza la directora.
Fuente Ambito