El gobierno elevó la meta de déficit fiscal del 3% al 3,4% del PBI

El déficit fiscal viene siendo uno de los grandes problemas de la economía en el último tramo del gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou: luego de subir al 4,4% en mayo y empeorar por cuarto mes consecutivo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) decidió ajustar al alza la meta fiscal prevista para este año.

Detrás de los reconocimientos por los “menos impuestos y baja inflación” que la ministra Azucena Arbeleche destacó sobre la gestión económica del gobierno al presentar la última Rendición de Cuentas el viernes en el Parlamento, lo cierto es que esta administración terminará con niveles de déficit fiscal similares a los que recibió al asumir.

Este dato es uno de los más cuestionados incluso cuando se resalta el cumplimiento de los tres pilares de la meta fiscal por cuatro años consecutivos. Sobre todo, porque las autoridades económicas han ajustado en varias ocasiones la meta para lograr cumplirla al cierre de cada año.

En ese sentido, tal y como se desprende de la Rendición de Cuentas, el MEF elevó el objetivo de un 3% de déficit proyectado en febrero a un 3,4% del Producto Bruto Interno (PBI). Entre los motivos que llevaron al ajuste del resultado fiscal estructural (RFE), la cartera dirigida por Arbeleche señaló la “caída de los ingresos estructurales y del menor PBI nominal, producto de una menor inflación y un menor PBI real acumulado por (el impacto de) la sequía”.

Si bien el equipo económico reconoció “el desvío fiscal potencial previsto para 2024″, sostuvo que los ajustes “no implican en modo alguno un relajamiento fiscal coincidente con el año electoral”, según argumentó en el documento presentado.

Las alertas de ir “corriendo el arco”

En febrero, luego de la Rendición de Cuentas previa, el Consejo Fiscal Asesor (CFA) ya había advertido sobre los riesgos de ajustar las metas fiscales, independiente de que la argumentación esgrimida fuera pertinente. Esto podría debilitar la institucionalidad fiscal o, al menos, ir en contra de consolidar la credibilidad y transparencia de los logros en esta materia.

Según señalaron los integrantes del CFA en el “Informe sobre el cálculo del Resultado Fiscal Estructural al cierre del 2023”, la situación presenta un trade off o dilema entre cambiar la meta original a riesgo de socavar la credibilidad de los resultados o arriesgarse a tener “desvíos ex post”.

Esto fue una crítica realizada en su momento también por el entonces precandidato del Frente Amplio y expresidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara. “Es insuficiente cuando la ministra enfatiza que se cumplen los pilares de la regla fiscal, de sus objetivos fiscales, tampoco es así. En primer lugar las metas fiscales se cambiaron a mitad de camino, se corrió el arco a mitad de camino, no se están cumpliendo los resultados fiscales previstos por la regla al inicio del año sino que a mitad se cambiaron para cumplir. Es como mover el arco para que la pelota entre”, cuestionó.

Con el reciente y nuevo ajuste, vuelve a ponerse la lupa sobre esta práctica ya recurrente por parte del MEF. Aunque, a diferencia de lo ocurrido en febrero, el equipo económico atendió parcialmente la sugerencia del CFA en su último informe, y dejó sin cambios la meta de referencia establecida en el primer pilar de la regla fiscal, que señalaba un resultado fiscal estructural de -2,9% del PBI—luego de elevarlo desde el -2,6%.

Fuente Ambito

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