Uruguay concretó las primeras exportaciones de mondongos hacia China, lo que supuso la apertura de un nuevo mercado, en el marco de la asociación estratégica conseguida el año pasado tras la visita del presidente Luis Lacalle Pou al gigante asiático.
Esta venta supone un hito en las colocaciones de subproductos cárnicos, con un ingreso estimado de 40 millones de dólares anuales, de acuerdo a los cálculos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), así como un nuevo paso en la creciente relación con China.
El MGAP confirmó que ya son 6 las plantas frigoríficas autorizadas a realizar ventas al mercado asiático, mientras continúa el proceso de auditoría, que comenzó en febrero. En cuanto a la primera colocación, los mondongos correspondían a los frigoríficos Pando, Las Piedras y Copayan.
Vale destacar que, de acuerdo al informe de comercio exterior de Uruguay XXI, las colocaciones de subproductos cárnicos crecieron un 21% en mayo y supusieron ventas por 50 millones de dólares, buena parte de ellas (16 millones) hacia Estados Unidos.
Sigue la apertura de mercados con China
El mondongo no es el primer producto que comenzó a exportar el país hacia el gigante asiático durante este año, ya que a mediados de abril se completó el primer envío de carne equina congelada sin hueso, en aquella oportunidad desde el frigorífico Clay.
En esa oportunidad, el titular del MGAP, Fernando Mattos, destacó el “hito” que suponía la operación y consideró que “se abren perspectivas comerciales muy importantes a través de este embarque”.
Ese mismo mes, China habilitó también los certificados sanitarios que permitieron avanzar con las exportaciones de estómagos bovinos (no solo mondongo) desde varios frigoríficos, que se registraron previamente en el sistema China Import Food Enterprises Registration (Cifer), tales como Arbiza, BPU, Colonia, Copayan, Las Piedras y Pando.
“Somos el primer país que se habilita para la exportación de los cuatro estómagos bovinos”, expresó la directora de la Unidad de Asuntos Internacionales (UAI) del MGAP, Adriana Lupinacci.
Fuente Ambito