IA y almacenamiento en la nube ¿dónde está la información?

El Dodge 1500 fue el primer auto mediano fabricado en Argentina por una marca estadounidense. Oficialmente fue lanzado en 1971.

Para su promoción, la productora Dimar se dispuso a filmar un comercial en el que se mostraban dos versiones de este vehículo: una más estándar, para la familia, y otra con toques deportivos.

La pareja joven que disfrutaba el Dodge 1500 color amarillo estaba compuesta por Marilú Smith -la modelo del momento, famosa por el programa de TV Alta Tensión- y quien suscribe.

Para sintetizar el relato del comercial, digamos que yo era el conductor que llevaba a mi novia como acompañante. Nos cruzábamos un matrimonio que iba en otro Dodge 1500 verde hacia la clínica donde la señora daría a luz. Luego, varios niños ocupaban el asiento trasero de ese vehículo que, tal como rezaba el slogan en off, era “un auto para toda la gente”.

Es fundamental traer al presente dos detalles de aquella experiencia.

Por un lado, el camarógrafo que filmaba mis primeros planos al volante iba acostado boca abajo sobre el capot del auto, amarrado con una soga. Para que el sol no quemara la imagen, además de una cámara de 35 milímetros, de celuloide – tecnología creada en 1892- este hombre usaba un parasol que me tapaba la visión casi completamente, por lo que, en un momento, por accidente, casi sale despedido cuando giré de golpe el volante tratando de mantener el rumbo del auto.

En segundo lugar, dado que grabábamos en cinta (como en el cine de entonces) era imposible saber si el material registrado conformaba al director hasta que él llegaba al laboratorio de revelado, ¡al punto de que yo compré una entrada de cine para ver qué habíamos filmado!

Las cámaras de entonces pesaban alrededor de 7 kilos y se necesitaban entre 5 y 10 carretes de cinta para grabar un comercial como el que refiero, de 45 segundos. Desde luego, no había copia de seguridad alguna y todo estaba impreso físicamente, con el riesgo que eso significa.

Para que quede claro el contraste: el último iPhone, versión 15 Pro-Max, se lanzó en septiembre del año pasado. Pesa 221 gramos y su capacidad de almacenamiento, en la versión 3, es de 1 terabyte, donde caben 500 horas de video en HD. Sus cámaras realizan ajustes de todo tipo en tiempo real automáticamente, y es posible editar una película entera en el mismo teléfono.

Por cuestiones prácticas, como el tamaño de la pantalla y los detalles ergonómicos, si usamos una laptop de gama media podemos editar en 4K sin sobresaltos y compartir el contenido en cuestión de minutos.

Más aún. Con la llegada de la computación en la nube, en verdad, al terabyte que el teléfono almacena en forma local se le suma lo que tenemos alojado en los inmensos discos rígidos que llamamos servidores, sin contar las memorias externas de algunos dispositivos.

Esta gran capacidad de almacenamiento local es una de las razones por las que hoy, en exteriores, para tomas arriesgadas usamos drones; con ellos, a su vez, evitamos cualquier riesgo humano.

Sin embargo, la evolución de la capacidad de almacenamiento y procesamiento de información es tan vertiginosa que hay quienes pronostican, ahora mismo, el fin de los discos rígidos.

Hace unos 5 años que venimos reemplazando los HDD por los discos sólidos, que resultan más veloces y eficientes porque almacenan en circuitos integrados hechos de silicio.

Al mismo tiempo, con la posibilidad de acceder, con buen ancho de banda, a las nubes y procesar directamente allí la información, expertos en cloud computing advierten que toda clase de almacenamiento local irá desapareciendo.

En definitiva, el avance tecnológico hace que hoy trabajemos con Inteligencia Artificial (IA) accediendo al software directamente alojado en la nube.

Esa fusión está cambiando todo, al punto de que, comparando con aquella publicidad del Dodge 1500, el último comercial que creamos en Forever Talents junto con Waryl nos llevó menos de una hora, utilizando un avatar realista cuyas acciones se observan en diferentes escenarios. Todo recreado con IA Generativa, lo que nos brinda, a los creadores de contenido, una flexibilidad y apertura de horizontes sin precedentes.

La producción de contenido -artístico, comercial, de entretenimiento, etcétera- se ha transformado tanto en materia tecnológica que ya es imposible pensar con los parámetros artesanales de hace sólo unas décadas.

Pensando en aquél comercial del Dodge 1500: con algunos minutos de video mío y de la actriz que me acompañaba, podríamos recrear la situación dentro del vehículo usando sólo una PC, trabajando colaborativamente y en remoto.

La pregunta acerca de dónde está la información, salvo por cuestiones de ciberseguridad, carece de sentido.

Director de Forever Talents LLC

Fuente Ambito

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