Lo siguiente que vimos fue a Trump, rodeado de agentes del Servicio Secreto estadounidense, con el rostro y su oreja derecha ensangrentados. El momento de confusión dio paso a una imagen que, indudablemente, se convertirá en histórica: él levantando su puño. En medio de la confusión y el terror de los asistentes, levantó su puño y gritó: “¡Fight!’”.
Fueron escasos segundos con los que Donald Trump (78 años) dio muestra de una vigorosidad que, desde hace meses, señala como ausente en su rival, el demócrata Joe Biden (81 años). Algo que el primer debate entre los rivales por la presidencia de Estados Unidos colocó como el principal tema de agenda política de ese país.
Fueron, además, escasos segundos en los que Donald Trump dio muestra de una claridad y frialdad política. En medio de la consternación, herido de bala en su oreja como confirmó luego de ser atendido por los médicos, el magnate volvió a echar mano de su expertise mediática y supo que la que fuera su reacción, sería la imagen que recorrería el mundo. No dudó. Se mostró fuerte, combativo.
El contraste con el debilitado Joe Biden es ahora total. A la evidente fragilidad física del mandatario demócrata, se suman los cada vez más recurrentes errores en sus discursos. El candidato a la reelección enfrenta, además, pedidos desde todos los sectores para que resigne su candidatura y otorgue, así, una chance al Partido Demócrata para ganar las elecciones en octubre. ¿Importa, acaso, ahora?
Podría pensarse que un ataque de esta característica pondría a Trump en el incómodo lugar de condenar las flexibles políticas de control de armas en Estados Unidos. No parece que el exmandatario o su equipo vayan a tomar ese camino.
Las primeras señales del Partido Republicano colocan al propio Biden como instigador del intento de asesinato (así fue catalogado el ataque por los investigadores). Las redes sociales, un campo de batalla cómodo para sus seguidores, se llenaron rápidamente de posteos recordando que el demócrata llamó a convertir a su rival “en un blanco”.
Para el presidente estadounidense, la campaña electoral se convierte cada vez más en un desafío cuesta arriba. Trump, en cambio, ha encargado de mostrar que está dispuesto a luchar bajo cualquier circunstancia.
Fuente Ambito