La promesa del fútbol yugoslavo vio su carrera arruinada y debió retirarse a los 29 años y en la ruina.
Con talento, destreza, explosión y rapidez Sasa Curcic, era un de los nombres que tenían el tirulo de promesas en el mundo del fútbol. Sin embargo, vio su carrera desplomarse debido a los excesos y las fiestas. El talento innato que mostró en el campo no fue suficiente para salvarlo de sus propias decisiones destructivas.
Curcic emergió como una estrella en el fútbol yugoslavo a principios de los 90, jugó en varios equipos y hasta en la selección de su país, pero su vida personal siempre estuvo marcada por una inclinación peligrosa el descontrol y los excesos que tiene la fama. A los 29 años, su carrera estaba completamente destruida, arruinado tanto financiera como profesionalmente. Tuvo una segunda oportunidad gracias a su carisma pero también fracasó.
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Quién es Sasa Curcic, el futbolista que colgó los botines antes de tiempo
Sasa Curcic nació el 14 de febrero de 1972 en Belgrado, Yugoslavia donde, desde pequeño, jugaba a la pelota y soñaba con ser una estrella. Su talento futbolístico lo llevó a debutar con la selección nacional a los 19 años y hacer tenido en cuenta por varios equipos europeos. Desde joven, Curcic mostró habilidades excepcionales como un volante ofensivo de veloz llegada y gol, pero su tendencia hacia la vida nocturna y el despilfarro iban creciendo mientras se afianzaba en la cancha.
Su carrera en la Premier League comenzó de manera prometedora marcando goles y asistencias. Pero, el “serbio mágico”, como fue bautizado por los hinchas traía con sigo una historia pesada que se reflejó en su presente. Durante su infancia, la familia Curcic era pobre y no tenían casi ni trabajo viviendo experiencias que marcaron a Sasa. Con sus primero sueldos importantes, el volante no hizo otra cosa que gastarse hasta la última moneda en todo tipo de lujo con los que había desea siempre.
la vida de el serbio era de entrenamientos, salidas, partidos y más salidas con un entrono que no ayudaba a frenarlo para nada. su amor por las fiestas pronto eclipsó su rendimiento en el campo y después de varios intentos fallidos de reencaminarse con equipos como el Bolton Wanderers y el Aston Villa, sus problemas fuera del campo se volvieron incontrolables.
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La falta de disciplina y el abuso de sustancias lo llevaron a una espiral descendente. Incluso en Nueva York, jugando para los MetroStars, sus días de gloria fueron efímeros. La situación culminó con su retirada del fútbol a los 29 años, con una declaración que dejó atónitos a muchos: “La única opción de que me fichen es si me ofrecen 15 mujeres procedentes de todos los rincones del mundo para hacerlas felices y satisfacerlas como nunca antes las han satisfecho”.
Tras su retirada, la vida de Curcic continuó siendo un torbellino de altibajos. Participó en el Gran Hermano serbio, donde ganó simpatía y algo de estabilidad financiera, solo para recaer poco después en sus viejos hábitos. Aunque ha intentado enderezar su vida, su legado sigue siendo una advertencia sobre cómo el talento puede desperdiciarse cuando se combina con malas decisiones.
Fuente Ambito