La trágica vida de Lamar Odom, estrella de la NBA, revela cómo el éxito en el básquet no lo libró de pérdidas y adicciones devastadoras.
El objetivo de cualquier deportista es llegar a vestir la camiseta de su selección en un Juego Olímpico o Mundial. Sin embargo, las tentaciones pueden hacer que ese sueño se convierta en una pesadilla. La historia de Lamar Odom, exjugador de la NBA, estuvo marcada por el consumo de drogas y devastadoras situaciones personales que marcaron su carrera en el básquet.
Desde joven, Odom convivió de cerca con la muerte, quien le arrebató a su madre, a su hija pequeña y a su abuela, quien lo crio después de que su padre se sumergiera en las drogas. A pesar de su éxito en la NBA, su vida personal estuvo plagada de dificultades y excesos, incluyendo problemas de adicción que casi lo llevaron a la muerte.
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La dura historia de Lamar Odom, la estrella de la NBA que nunca pudo ser feliz
Lamar nació el 6 de noviembre de 1979 en Queens, Nueva York, y su infancia estuvo llena de desafíos. Tras la muerte de su madre y la adicción de su padre, fue criado por su abuela hasta que también falleció. Esta cadena de tragedias dejó a Odom solo y vulnerable, pero su talento para el básquet lo llevó a destacarse en el deporte.
Después de una destacada carrera universitaria, Odom fue seleccionado en el draft de la NBA por los Clippers. Brilló en sus primeras temporadas, pero los problemas fuera de la cancha empezaron a surgir. Fue suspendido por violar la política antidrogas de la NBA y su vida personal comenzó a desmoronarse. A pesar de firmar contratos millonarios con equipos como Miami Heat y Los Angeles Lakers, donde ganó dos campeonatos, sus problemas con las drogas y el alcohol continuaron afectando su vida.
En 2009, el ala pivote se casó con Khloe Kardashian, lo que lo llevó a un nuevo nivel de fama, pero también expuso sus luchas personales al escrutinio público. En 2015, Odom fue encontrado inconsciente en un prostíbulo de Nevada, al borde de la muerte tras una sobredosis. A pesar de sobrevivir a 12 derrames cerebrales y 6 ataques cardíacos, su salud quedó seriamente comprometida. “Los médicos que me ven dicen que soy un milagro andante”, conto el ex jugador.
Hoy, a sus 44 años, Lamar Odom es un sobreviviente de una vida llena de altibajos. Su historia, narrada en su autobiografía, es un recordatorio de que el éxito en el deporte no siempre garantiza la felicidad y la estabilidad en la vida personal.
Fuente Ambito