Hace cuatro años cortó sus lazos con la monarquía británica, enfrentado a su hermano Guillermo, heredero de la corona, y fijó su residencia cerca de Los Ángeles, junto a su esposa estadounidense, Meghan Markle, y sus dos hijos. Tras dar ese paso, el duque de Sussex encontró las cosas que quería, entre ellas tener una independencia económica y alejar a su familia de la presión mediática que había sufrido desde su nacimiento, el 15 de septiembre de 1984.
Vida sin privilegios reales
Harrys dejó de percibir fondos públicos en 2020, al renunciar a ser miembro activo de la familia real. Con su autobiografía, “En la sombra”, publicada en enero de 2023, la prensa británica afirma que logró unos ingresos de 22 millones de libras (28,7 millones de dólares), al tiempo que se habla que la pareja cobró en 2022 unos 100 millones de dólares de Netflix por un documental que protagonizaron.
“La vida es hoy más difícil que nunca para los jóvenes miembros de la familia real británica. Tienen que desarrollarse como personas y crear un papel que valga la pena para sí mismos, mientras están constantemente bajo la atención de los medios” explica Mark Garnett, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Lancaster, a la AFP.
Una de las causas de esa ‘huida’ a Estados Unidos fue librar de esa presión mediática a sus dos hijos, Archie y Lilibet, de cinco y tres años respectivamente, como confesó Meghan Markle en una entrevista televisiva que hizo a ambos, en Estados Unidos en 2021, la presentadora Oprah Winfrey. “La presión de los medios fue particularmente difícil para el príncipe Enrique, quien probablemente nunca se iba a convertir en rey y perdió a su madre cuando era un niño, en circunstancias trágicas. El público británico ha mostrado simpatía por él, pero la opinión está dividida ahora que su compromiso con el país prácticamente ha terminado”, añade Garnett.
Los duques de Sussex viven en Montecito, en California, en un barrio que cuenta entre sus vecinos a la actriz Gwyneth Paltrow y a la cantante Katy Perry. Su casa, de nueve piezas, está valorada en unos 14 millones de dólares, y tiene vistas al Pacífico, gimnasio, cine y piscina.
Relación con los medios de comunicación británicos
Pese a todo, siguen siendo objetivo de los focos, como cuando en agosto visitaron Colombia, invitados por la vicepresidenta Francia Márquez, dentro de una campaña contra la discriminación y el ciberacoso. Al mismo tiempo, el príncipe mantiene una lucha encarnizada con los medios de comunicación británicos, contra los que ha presentado varias demandas judiciales, a los que acusa de conseguir información de manera ilegal. El duque de Sussex reprocha también a esos periódicos haber maltratado a su esposa, lo que contribuyó a su marcha a Estados Unidos. También los considera culpables de la muerte de su madre, la princesa Diana, en un accidente automovilístico en 1997 en París, cuando era perseguida por ‘paparazzi‘. Sus esporádicos viajes al Reino Unido por estos asuntos judiciales escenifican el alejamiento de su familia, al no mantener contacto con ella.
“Está completamente aislado. Cualquier sugerencia de un regreso, incluso con un papel menor dentro de la monarquía, me parece completamente irreal”, afirma Pauline MacLaran, profesora de la Universidad Royal Holloway, a la AFP.
Familia real dividida
Solo rompió ese aislamiento el 6 de febrero pasado, en un viaje relámpago a Londres para visitar a su padre tras el anuncio del cáncer que padece Carlos III. Pero evita a su hermano mayor, el heredero Guillermo. Las acusaciones de Harrys en su autobiografía, en las que lo califica de irascible y violento, los alejaron definitivamente. Ni siquiera acercó a ambos el cáncer de la esposa de Guillermo, Catalina, anunciado casi al mismo tiempo que el de Carlos III. “La idea de una familia real dividida sólo aumenta la atención no deseada de los medios”, predice Mark Garnett.
Fuente Ambito