Golpe para la defensa de Fernando Sabag Montiel: peritos ratificaron que el arma estaba en condiciones de disparar

Allí estaba. Frente a los ojos de todos los presentes en la sala AMIA de Comodoro Py fue exhibida el arma que podría haber terminado con la vida de la entonces vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. La Bersa modelo Lusber 84, calibre 32 volvió a ver la luz pública en la víspera, después de que aquel 1 de septiembre de 2022, empuñada por Fernando Sabag Montiel, no funcionó como el homicida esperaba.

La afirmación ante el Tribunal Oral Federal 6 la hizo el perito Alejandro Leonard quien formó parte de las pericias sobre la Bersa.

En una nueva audiencia del juicio que investiga el intento de magnicidio contra CFK, los jueces y la jueza del Tribunal convocaron a una decena de testigos especialistas en balística, algunos de los cuales estuvieron la noche del atentado e intervinieron en el análisis de la pistola.

Lo sobresaliente de la jornada fue que era una audiencia muy esperada por las defensas ya que buscaban introducir dudas sobre la efectividad de la pistola. Sin embargo, la declaración de los especialistas fue contundente. El arma y las cinco balas que se encontraban dentro del cargador estaban en perfectas condiciones, es decir, tenían capacidad de daño.

Al mismo tiempo, el perito Leonard afirmó que advirtieron un “funcionamiento anormal por una cuestión de un desgaste de una pieza que se llama elevador de cartuchos en el cargador que no llegaba a levantar el retén de corredera”, lo que explicaría que la bala no haya salido.

Según declaró Sabag Montiel en este mismo juicio, la noche del ataque intentó disparar una sola vez, pero la bala no salió. Cuando intentó accionar la corredera para volver a intentarlo fue interceptado por los militantes y no pudo. El acusado negó que la Bersa se la haya entregado el otro imputado, Gabriel Carrizo y aseguró que se la dio un vecino que había muerto de Covid-19.

El cargador

Los peritos de la división balística de la PFA Leonard, Martin Spotorno y Ezequiel Soria (el primero en secuestrar el arma que llevaba Sabag Montiel) exhibieron alto grado de conocimiento en la materia. Ante las preguntas de las partes explicaron con detalles las características y el funcionamiento del arma y lo hicieron con demostraciones que incluyeron la manipulación de la misma durante la audiencia. Esto último provocó que YouTube cortara la transmisión que hacía el Tribunal en vivo y en directo debido al contenido sensible de las imágenes.

El objetivo de estas declaraciones fue determinar las condiciones en las que estaba el arma -que tiene más de 40 años de antigüedad- su trazabilidad y características técnicas particulares. Lo que buscó en forma infructuosa la defensa de Fernando Sabag Montiel -presente en la sala de audiencias como cada semana- fue poner un manto de dudas sobre la efectividad del arma, por lo tanto, de la intención real o no del acusado de matar a la exvicepresidenta.

La estrategia de la abogada defensora María Fernanda López Puleio fue exhibir fotos periodísticas de la pistola y preguntar a los peritos si veían el cargador bien colocado. Pero los especialistas respondieron que esa conclusión no podía desprenderse con solo ver esas fotos. Que en una de ellas “pareciera que no está a tope” el cargador. Peri que recordaban que cuando secuestraron el arma el cargador estaba bien puesto. Esto fue luego corroborado con la lectura de las actas de la noche del ataque y de los resultados del estudio que ellos mismos hicieron.

Lo que Puleiro buscaba era generar dudas sobre la prueba material más importante del caso, ya que no alcanza con la sola confesión del imputado para que sea condenado.

Sobre este punto el Juez Adrián Grunberg preguntó a los peritos: “Antes el señor Soria había dicho y recién también lo dijo que en la imagen que se le mostró pareciera que no estaba a tope. Que podía estar un poco sobresalido”.

“En una de las imágenes de Telam o no sé, las publicadas”, respondió Soria.

Como el arma cayó al piso y luego fue encontrada por los militantes, el juez buscó saber si el cargador pudo haberse salido por el golpe: “La pregunta es, en general y este tipo de armas en particular y esta arma ¿la caída de un arma de una persona que la tiene en su cuerpo, entre sus ropas al piso… algún golpe de ese tipo puede provocar que salga un poco el cargador? ¿Podría llegar a ser?”

Soria respondió: “Desde mi experiencia que también la puedo corroborar acá con mi compañero que hizo la parte de la aptitud y el funcionamiento mecánico del arma para corroborarlo específicamente… Claramente, una manipulación violenta, una caída o bien la mala manipulación y la conservación del arma en cualquier estado, como bien mencionábamos ahí, es un botón que está externamente, visible y accesible. Ante cualquier manipulación uno si… golpe o algo ajeno a lo que es la normal manipulación puede llegar a desprenderse (el cargador)”

Por su parte, el perito Leonard acotó: “¿Es posible? Es posible que un arma semi automática que se caiga al suelo y se salga el cargador o se destrabe su retén. Es posible, pero si nos preguntan específicamente de esta arma en ciertas condiciones y cierta altura, habría que hacer un examen pericial para tener una respuesta científica”.

El juez quiso saber si el seguro del arma estaba colocado.

“En el mismo sentido otra pregunta. A ver si yo no anoté mal señor Soria si me puede corregir. Yo anoté que usted, cuando vio el arma, describió que estaba con el cargador, sin cartucho en recámara, con la cola del disparador en descanso y la corredera no estaba hacia atrás. ¿Es así?

– “El martillo estaba en descanso. El martillo en descanso y sin seguro colocado.”, aclaró Soria.

– “Sin seguro colocado”, resaltó el juez.

– “Sí”, afirmó el testigo.

Los especialistas explicaron que la pericia incluyó un total de cincuenta disparos. “Cuanto más se dispare mejor”, explicó Leonard. Lo que les llevó a concluir que la Bersa modelo Lusber 84, calibre 32 estaba en condiciones de uso.

Fuente Ambito

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