Una historia sobre un talento extraordinario que venció adversidades, se convirtió en leyenda del fútbol mundial pero no le puedo ganar a los vicios
Entre gambetas fue campeón del mundo dos veces pero murió dejando 14 hijos y olvidado en la pobreza y el alcohol
Hay delanteros que hacen goles y están los que se convierten en leyendas del fútbol mundial. Mané Garrincha, con sus deslumbrantes gambetas, quedó en los libros de historia deportiva de Brasil como campeón del mundo en dos ocasiones, pero su vida fuera de las canchas fue una crónica trágica que lo llevó a las tapas de los diarios para empañar su imagen..
Perseverancia es la palabra correcta para definir la primera etapa de la vida de Garrincha quien enfrento problemas de salud en el marco de una familia pobre de Brasil. Con tan solo 10 años, Mané jugaba a la pelota con un cuerpo irregular que cargaba varias enfermedades de nacimiento y que sumaria una más por la presión social que causaba ser diferente. Sin embargo, su suelo de ser futbolista se realizaría gracias a su talento pero también a su personalidad aguerrida.
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La historia de Mané Garrincha, el futbolista con una carrera gloriosa pero una vida traumática
Manuel Francisco Dos Santos, apodado como Mané Garrincha, nació el 28 de octubre de 1933 en Masé, Río de Janeiro. Se crio con sus 15 hermanos en una familia muy pobre que lo vio crecer con una severa poliomielitis, la pierna derecha seis centímetros más corta que la izquierda, y con una columna vertebral torcida que los médicos, después de operarlo no le daban esperanzas se hacer ningún deporte
Sin embargo, su habilidad, su talento y su perseverancia lo llevaron a convertirse en un ídolo en Brasil, comparable a Pelé. Y es que desde joven. Mané tuvo que gambetear todos los no que le deban los clubes al verle su problema físico hasta que un día se Botafoge creyó en él y su vida cambió para siempre. Sus hazañas en las Copas del Mundo de 1958 y 1962, donde su talento contribuyó significativamente a los triunfos de la selección brasileña, por fin lo consagraron como una leyenda del deporte.
Pero, a pesar de su éxito, la vida personal de Garrincha fue tormentosa. Desde joven, luchó contra el alcoholismo y la pobreza hasta su fallecimiento en 1983 a los 49 años. Atrás quedaron los logros, las medallas, el estadio que lleva su nombre y los millones de niños que soñaban ser como aquel delantero que hizo feliz a todo un pueblo. porque los vicios y las malas decisiones en su vida, hicieron que Mané terminara su vida tan enfermó y triste como la empezó.
Fuente Ambito
