Claudia Repetto desapareció de su casa de Mar del Plata el domingo 1 de marzo. Sus hijos denunciaron su ausencia el lunes. Señalaron a la pareja de la mujer, Ricardo Rodríguez,
porque era un violento. A pesar del pedido de captura y de la difusión del hecho en todos los medios de comunicación, a Rodríguez no lo encontró la policía sino los amigos de los hijos de Claudia,27 días después. Rodríguez confesó el asesinato y entonces la policía dio con el cuerpo de Claudia. ¿A los prófugos se los busca? ¿Y a las mujeres que están desaparecidas? En Netflix está la serie “Chicas perdidas”, dirigida por Liz Garbus, una mujer. La serie estadounidense muestra que son las madres y hermanas de las jóvenes desaparecidas las que se ponen al hombro la tarea de encontrarlas. Reclaman, exigen, porque nadie las busca. Y cuando sus madres y hermanas protestan, el Estado les devuelve la responsabilidad: se drogan, se prostituyen y es porque no las cuidaron, las criaron mal. Nadie cuestiona a proxenetas ni a prostituyentes ni a los asesinos, y en este caso se trata de un asesino serial. Ellas se lo buscaron. Y entonces nadie las busca. El Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas del Ministerio de Seguridad de Argentina tenía en 2017 6.987 búsquedas activas. El grupo de 12 a los 18 años sumaba la mitad de las búsquedas (3.294), y en esa franja, siete de cada diez eran chicas. La Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y la organización Acciones Coordinadas Contra la Trata publicaron “Búsquedas en democracia”. El informe habla de “sesgos de género”: si bien la mayor cantidad de búsquedas es de adolescentes mujeres, es inversa la proporción de aparición de cadáveres NN: la mayoría son varones. “¿Cuáles son las vinculaciones entre esta diferencia y el delito violento del cual podrían haber sido víctimas las mujeres desaparecidas?”, plantea el informe y habla de “explotación sexual prostibularia y de los femicidios, que en ocasiones conllevan una apropiación del cuerpo de las víctimas por parte de sus captores”. ¿Dónde están las chicas perdidas? ¿Alguien las busca?
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Clarín
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