Miguel Fisac (Daimiel, 1913-Madrid, 2006) optó por la «verdad» en una de las obras religiosas más trascendentales de su carrera: el Convento, Teologado e Iglesia de San Pedro Mártir de la Orden
de Padres Dominicos. Su iglesia hipérbola, uno de los BIC declarados por el Ejecutivo regional en la última década, es el ejemplo de cómo la arquitectura entró en un profundo debate sobre sus formas de expresión, durante el siglo pasado. Esa «verdad» transformó la forma de ver los templos, despojados de esa «magia» de la antigüedad. Este impresionante inmueble forma parte del decálogo de edificios que la Comunidad de Madrid ha incluido en su libro «10/XX. Arquitectura contemporánea protegida en la Comunidad de Madrid». Plano original del Edificio Carrión – Ignacio Gil Una publicación, disponible online de forma gratuita en la Biblioteca Virtual regional, que pone en valor la contribución definitiva de la arquitectura al resurgimiento de una nueva sociedad madrileña durante el siglo XX. Lugares relacionados con el espectáculo, espacios multifuncionales, religiosos o construcciones vinculadas con actividades económicas y viviendas que cambiaron la vida y el ritmo en las calles. Edificios como el emblemático Carrión al que su cine, el Capitol, da nombre. Un hito del art déco que es, por derecho, imagen universal de la Gran Vía madrileña y del espíritu cosmopolita que anhelaba la capital cuando los jóvenes arquitectos Luis Martínez-Feduchi y Vicente Eced y Eced regalaron a la ciudad una de sus esquinas más icónicas. Enfrente, el Palacio de la Prensa de Pedro Muguruza, ejemplo del eclecticismo multifuncional, también forma parte de esta selecta lista. Torre del Banco de Bilbao, de Sáenz de Oiza – Maya Balanyà Entre 1920 y 1970 Proyectados y construidos entre los años 20 y los 70, reflejan la evolución social, económica y cultural del siglo pasado. Desde la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid o el gimnasio del Colegio La Salle Maravillas, pasando por la torre del Banco de Bilbao de Sáenz de Oiza y la estación de gasolina de la avenida de Aragón. La iglesia de San Agustín, el Teatro Albéniz y la singular casa de Lucio Muñoz, obra de Fernando Higueras, completan el decálogo. El libro incluye estudios históricos realizados para la declaración –como Bien de Interés Cultural o Patrimonial– y se completa con fotografías históricas de cada uno de ellos. Asimismo se han incluido los planos de los proyectos, para «trasladar de manera completa los valores originales de los edificios y las ideas que están detrás de su concepción». «La mejor forma de conocer estos edificios, que forman parte de nuestro patrimonio, es visitarlos. Invito a los madrileños a que lo hagan, ahora que estamos recuperando el pulso de la vida madrileña», asegura la consejera de Cultura y Turismo, Marta Rivera de la Cruz.
FUENTE DIARIO ABC: