“Lo que esto nos dio es un baño de realidad” sostuvo el ministro de Economìa, Martín Guzmán, refiriéndose al fracaso de la primera oferta que le hizo el gobierno a los
acreedores externos para refinanciar vencimientos por US$66.000 millones.
En esa charla con Perfil, el ministro dejó en claro que aquel traspié sirvió de base para que las dos partes aceptasen una nueva realidad. Y destacó la buena sintonía que mantiene con el Fondo Monetario que ya sugirió que el acuerdo debería cerrarse en torno a un valor de los bonos equivalente a $50 por cada lámina de US$100.
Por su parte, el presidente Alberto Fernández afirmó que con los bonistas “estamos llegando al límite de lo posible”, las negociaciones se aceleran y con la enmienda el gobierno propondría un valor de US$48 más un bono por los intereses que se acumulen en los años de gracia y otro bono atado al crecimiento.
Del otro lado del mostrador, y según las versiones, los acreedores pretenden US$ 58 de valor neto más un pago en efectivo de US$1.600 millones por el período de gracia en el que el país no haría frente a los vencimientos de deuda.
Ese baño de realidad habría actuado hacia una convergencia el otro, la expropiación por parte del gobierno de la cerealera Vicentín, es claramente divergente al revivir el intervencionismo estatal en el sector más competitivo de la Argentina.
La decisión política de intervenir una empresa que esta en concurso de acreedores por parte del gobierno implica desconocer las normas concursales pero, además de no respetar la división de poderes, un apuro sorprendente.
Del total de la deuda del grupo Vicentin de $99.345 millones, hay $18.1182 millones que corresponden al Banco Nación, el acreedor principal que podría haber intentado otro camino. Pero el arrebato pudo más.
El Presidente dijo que la expropiación de Vicentín es una excepción y agregó:”necestio que los empresarios, crean, inviertan y den trabajo en la Argentina”. La primera respuesta de los mercados con baja de acciones y bonos no parece satisfactoria.
La desconfianza entre el gobierno y los empresarios es mutua y viene de lejos y no resulta un buen paso, además, en medio de una pandemia y cuarentena que golpea con fuerza a la actividad económica.
Un informe reciente de la consultora EcoGo analiza la evolución de la economía en la cuarentena y resalta un dato elocuente: la caída de la actividad en marzo fue de 11,5% contando sólo 10 días de aislamiento obligatorio y en esos días el derrumbe representó un 40% interanual.
Así se espera una caída de 17,6% en el segundo trimestre y en el año la baja de la actividad sería de 9,5%.
Alberto Fernández dijo en muchas oportunidades antes de la pandemia que su proyecto era que el consumo interno fuese el motor de la economía. Pero ahora los consumidores estás asustados.
La caída de ingresos de los asalariados del sector privado y de los jubilados se compadece en estos días con la decisión de la gente de cuidar los pesos ante la incertidumbre del futuro. El motivo precaución domina en la familias.
En parte por eso pero también porque amplios sectores siguen con muy baja actividad (la construcción es un caso importante) la inflación de mayo que se conocerá en estos días marcará una baja respecto del 1,5% de abril.
El índice de inflación con tarifas de servicios públicos congeladas y temor sobre el ingreso de la población queda a merced del impacto sobre los precios de los alimentos de la suba de 2,7% por mes del dólar oficial.
Y es en el dólar donde una vez más coinciden las ambiciones oficiales en materia económica.
El titular del Banco Central, Miguel Angel Pesce, se reunió con los importadores de fertilizantes y productos fitosanitarios para aceitar esas importaciones en tiempos del super-cepo cambiario.
Buscan destrabar los dólares para comprar insumos para el trigo ahora y para la siembra de maíz y soja a partir de septiembre. El Banco Central no quiere que lo señalen como responsable si hay problemas en las campañas que vienen.
Todos buscan los dólares. ¿Por eso habría surgido la idea de expropiar Vicentin a toda costa?. Claudio Lozano, director del Banco Nación, venía batallando desde marzo a favor de la intervención de la exportadora. ¿Por qué en este momento cuando había por lo menos dos grupos empresarios interesados en participar en el concurso? ¿A quien cruzó Cristina Kirchner?
En 2019 el grupo Vicentín en su conjunto exportó por mas de US$3.000 millones y la facturación del último año alcanzó US$4.255 millones. Una caja de dólares muy tentadora para cualquier gobierno y el actual no se privó a pesar de proclamar que quiere empresarios privados que inviertan.
Mientras tanto, la Casa Rosada sigue macerando el momento del lanzamiento de los los billetes de $5.000.
Tanto en los bancos como el Central, como la ANSeS, que comienza a pagar la segunda ronda del Ingreso Familiar de Emergencia a casi ocho millones y medio de personas, lo reclaman.
La Casa de la Moneda trabaja a full pero hay altos funcionarios que creen que un billete de $5000 pesos podría generar más expectativas inflacionarias en medio de la pandemia. Qué manera de cuidar las formas.
TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA
COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS.ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE.
CARGANDO COMENTARIOS
Clarín
Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar.
Clarín
Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.