Fue una noche única, extraña, espectacular, en medio de un silencio roto por las voces de ánimo que Camacho regalaba a sus compañeros desde el banquillo y por los gritos de apoyo
que Javier Gómez-Navarro, secretario de estado para el Deporte, y Juan Barranco, alcalde de Madrid, lanzaban al equipo español desde la grada más baja del Bernabéu, de pie, dejando a un lado un palco que abandonaron para jalear al Real Madrid en un estadio sin más público que los invitados a ese palco y la prensa. El conjunto dirigido por Beenhakker venció por 2-0 al Nápoles de Maradona, preludio de la eliminación del club italiano en la Copa de Europa, pues dos semanas después solo consiguió empatar a… Ver Más
Fuente La Razon: