Cuando sonaron los chasquidos de su rodilla se sintió solo, abandonado. Aquel 24 de julio, un choque con Aubameyang en el estadio de Maryland significó la rotura del ligamento cruzado anterior y
del menisco externo de la rodilla izquierda. Asensio pidió socorro tumbado en el césped. Su miedo le hizo solicitar explicaciones desde ese momento, en la hierba. Quería saber si estaba roto de verdad o si únicamente era un susto. La pierna no respondía y eso indicaba que la lesión era grave. Lo presagiaba. Así fue. «En ese momento me quedé en estado de ‘shock’», reconoce el mallorquín. «No sabía lo que me pasaba, miraba a todos. Hasta que supe que debía asumir la realidad, aceptarla». Comenzaba otra misión,… Ver Más
Fuente La Razon: