Ya en la víspera del PGA Championship, Jon Rahm admitía abiertamente que no había estado nada fino en cinco de los seis últimos torneos. Se salió en el Memorial, estupendo para encima
obtener un premio monumental con el número uno del mundo, pero lo cierto es que su nivel estaba lejos de lo habitual. Consistente y sólido como es, andaba a vueltas con el swing y casi que le preocupaba mucho más eso que el haber perdido el maillot amarillo en un visto y no visto (se lo arrebató Justin Thomas a las dos semanas). Y en esas se plantó en San Francisco, primer grande de la temporada, atípico escenario porque se juega sin público y con jersey en pleno agosto. Después de dos vueltas, Rahm anda demasiado alejado de la cabeza, a siete golpes de Haotong Li (mandaba al cierre de esta edición), pero al menos ayer se contentó con una actuación mucho más cercana a lo que se espera de él. Ya el jueves acabó contrariado después de un estreno algo irregular, par del campo y gracias. «Mira que estoy un poco más cómodo con el swing que la semana pasada, pero he empezado con un poco de dudas, un poco tenso», aceptó, reclamándose a sí mismo «más confianza, con más agallas y agresividad». Ayer, el viento no le torturó tanto y evidenció cierta mejoría, pero sin terminar de dar el salto para instalarse en la zona noble de este PGA. En cualquier caso, sus buenas maneras desde el tee invitan a pensar que puede animar la fiesta el fin de semana y le falta encontrar las sensaciones con los hierros. «Cuesta creer que ha sido solo un golpe menos que ayer porque he jugado mucho mejor, sobre todo desde el tee», resumió el vasco, número dos del mundo. Hemos empezado con más viento los nueve primeros que los segundos y cuesta creerlo. Hemos jugado la parte más difícil con viento y lo he jugado bajo el par». Eso le invita a pensar en positivo, si bien es cierto que recordó un par de errores que pesan demasiado. «He llegado a la segunda vuelta con mucha confianza. Una pena que haya ido fallando putts. Me deja mal sabor de boca, pero bueno, si puedo seguir jugando bien y meter putts, en dos días quién sabe lo que puede pasar». Si lo dice tan convencido, habrá que tenerle en cuenta. Sergio García, mal Rahm fue el único de los españoles con aprobado. Sergio García, con quien compartió partido, volvió a presentar una tarjeta de 73 golpes y, con seis sobre el par, no pasó el corte, una pobre actuación del de Borriol con importantes problemas con el putt. «Es una pena que Sergio no ha tenido sus mejores dos días y se le veía un poco de capa caída. Por otro lado, ha sido espectacular ver a Phil Mickelson dar los golpes que da yendo de lado a lado desde el tee», analizó Rahm. El extremeño Jorge Campillo, por su parte, hizo 80 golpes en un viernes para olvidar y se despide de mala manera del PGA con +14. Mientras, Rafael Cabrera-Bello todavía no había finalizado su recorrido al cierre de esta edición.
Fuente La Razon:
https://www.abc.es/deportes/abci-rahm-mejora-pero-no-despega-202008080044_noticia.html