Afronta esta noche el Barcelona uno de los partidos más complicados de lo que le queda de temporada. Anoeta siempre ha sido sinónimo de descalabro aunque los azulgrana suman tres temporadas sin
perder tras diez años sin ganar en el feudo de la Real Sociedad. Llegan los azulgranas en dinámica ascendente, con ocho victorias consecutivas fuera de casa y sin perder en Liga desde el 5 de diciembre. Y buena parte de culpa de la recuperación azulgrana, que ya se ilusiona con el doblete tras clasificarse para la final de Copa y atosigar al Atlético de Madrid, la tiene Ousmane Dembélé, uno de los jugadores fijos en el once de gala de Koeman, que ha sabido recuperarlo para la causa azulgrana y para el fútbol en general. El francés parecía desahuciado este verano, lastrado por las lesiones en una musculatura de cristal que le convirtió en una de las peores inversiones del Barça en su historia reciente. Llegó en 2017 previo pago de 105 millones de euros fijos más otros 40 en variables, de los que ya se han cumplido 30, sin que justificara tal dispendio. La pasada temporada solo disputó nueve encuentros (1 gol) y el club suspiraba por quitárselo de encima. Trató de colocarlo en todas las operaciones e incluso barajó la posibilidad de regalarlo, como hizo con Luis Suárez, pero su elevado salario (12 millones más ocho en incentivos) lo convertía en inalcanzable para cualquier club. La mano de Koeman Pero la llegada de Koeman le ha revitalizado. Dembélé es uno de los grandes beneficiados de los cambios tácticos del holandés y también de la marcha de Suárez, convirtiéndose en el segundo delantero, sumando 22 partidos, anotando 8 goles y dando cuatro asistencias. Incluso en algunos de los duelos más importantes de la temporada ha resultado decisivo. De todas formas, la gran diferencia la marca su físico, su compromiso y su integración en el equipo, algo en lo que ha participado activamente Antoine Griezmann. Su mejoría ha reactivado al Barça y le ha premiado con un puesto, de nuevo, en la selección francesa. Dembélé ha alcanzado su estado óptimo. Coincide con la recuperación del Barcelona pero también con el tramo final de su contrato, que expira en 2022. La continuidad del galo será precisamente una de las decisiones complicadas de Laporta, que deberá optar por un traspaso con el que minimizar el impacto que tuvo su fichaje o renovarle con una oferta que contemplaría una sustancial rebaja de salario. Dembélé se quiere quedar pero no a cualquier precio.
Fuente La Razon:
https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-transformacion-dembele-202103210026_noticia.html