familia. El film recorre momentos de una pareja entre el amor y el dolor por no poder tener hijos.
¿Es fácil hallar por estos lares un pájaro de plumaje azul, medio gordito? ¿Hay que buscarlo, o aparece por la puerta cuando la casa está en paz, abierta, como el chingolo del poema de Lugones? Según viejas tradiciones, la visita de un pájaro azul es augurio de felicidad. En tal caso, ¿hay que atraparlo por la fuerza, o conquistarlo con santa y mantenida paciencia? Dos niños salen a buscarlo por el mundo, hasta descubrir que nunca estuvo lejos de ellos, dice Maurice Maeterlinck en la famosa obra teatral. Un poeta bohemio lo tiene en su cabeza, y el pobre aletea tratando de salir, sin que ninguno de los dos pueda sentirse bien del todo, cuenta Rubén Darío. Y un pájaro azul se acerca a la casa nueva de un infeliz recién separado, eso muestra Ariel Rotter en su nueva película. No la titula con el artículo determinado “el”, sino con el indeterminado “un”, como diciendo uno de tantos de toda clase, que cantan a nuestro alrededor, y podrían acompañarnos, pero no los vemos, o los dejamos escapar.
De ahí el título, el ave que realmente vemos entrando a la casa, y el sentido de la historia. En ella, una pareja bien establecida se esfuerza durante años para tener un hijo. Un día él descubre que será padre, pero con otra mujer, con quien tuvo apenas un encuentro casual. Inexperto, comete un apurado sincericidio. De nada valen después sus protestas de amor a la esposa, ni la vuelta de tuerca que podría reconciliarlos. Ese es el primer capítulo de la historia, “El hijo”. El siguiente, nos presenta al padre del protagonista, un octogenario que cultiva el recuerdo vivo de su esposa. Del último, “La madre”, no anticipamos nada. Solo digamos que ahí, cuando alguien se abre al recuerdo, empieza a florecer una callada emoción, y nos llega también la comprensión de esas cosas que están pintadas en un rostro, sin que hasta ese momento lo hayamos advertido.
Película de aparente sencillez, caracteres más ricos de lo que inicialmente parecen, e intérpretes que saben encarnarlos sin ostentación (el uruguayo Alfonso Tort, Julieta Zylberberg, Susana Pampin, Norman Briski), “Un pájaro azul” confirma el estilo maduro y personal de Ariel Rotter, en la línea de su anterior “La luz incidente”, y conlleva un riesgo: que al público se le escape, como suele escaparse ese pájaro esquivo de la felicidad.
P. S.
“Un pájaro azul” (Arg.-Ur., 2023); Dir.: A. Rotter; Int.: A. Tort, J. Zylberberg, S. Pampin, N. Briski.
Fuente Ambito
