Indisimulable clima de incomodidad en acto de Usina del Arte. Bullrich, puente con Milei para el jefe de Gobierno. Buscará manejo de Puertos y de IGJ.
El rojo furioso que vestía Juliana Awada fue la barrera que separó a Mauricio Macri de Patricia Bullrich. Sentados en primera fila del auditorio principal de la Usina del Arte, donde también se ubicó el saliente Horacio Rodríguez Larreta junto a su pareja Milagros Maylin, presenciaron la jura de los ministros porteños que acompañarán a Jorge Macri en su gestión.
La Boca (epicentro también la otra batalla que Mauricio Macri tiene en la mira) fue el barrio elegido para continuar con los actos de asunción en la Ciudad del exintendente del Vicente López que habían comenzado por la mañana en la Legislatura (ver aparte). Jorge Macri logró que convivieran su primo Mauricio, Bullrich y Larreta, las principales espadas del PRO, que tomaron caminos distintos tras la derrota del balotaje, y que generaron heridas que siguen abiertas. Y fue indisimulable. Para el jefe de Gobierno porteño, que adelantó la asunción -aunque en rigor entrará en funciones el domingo-, la foto fue una señal al pasado (Mauricio y Rodríguez Larreta, sus antecesores, a quienes elogió por los “dieciséis años de transformaciones” y les agradeció por dejar “la vara alta”) y al futuro: Bullrich, a quien conminó a trabajar juntos en materia de seguridad para “ordenar el espacio público” y “decirle basta al caos y a los piquetes”. Un puente, además, con La Libertad Avanza, de cuyo gobierno nacional Bullrich ya es parte, con las consecuentes fracturas que generó en el PRO y en particular en su relación con Mauricio Macri.
Mientras iban desfilando los ministros y secretarios (el más aplaudido, el evangelista Gabriel Mraida, a cargo de Desarrollo Humano y Hábitat) ante J. Macri y su vice Clara Muzzio (que ingresó al escenario al ritmo de Despechá de la cantante Rosalía -baby, no me llames-), la atención se centraba en la gestualidad de esa primera fila. Mientras Bullrich y Larreta se cuchicheaban al oído, sentados uno al lado del otro, a la derecha de la próxima ministra de Seguridad estaba Mauricio. Separados, claro, por Awada. Luego del saludo frío inicial, jamás Macri giró siquiera levemente el cuello para dirigirle una mirada a la excandidata presidencial.
También parecieron estar saldadas las diferencias entre los rivales de interna. Larreta cuestionó el pacto de Acassuso y tomó una posición distante, pero nunca apuntó directamente a Bullrich. Con la presidencia del PRO en oferta (Bullrich llamó a elecciones y dejará el cargo), la Ciudad será el fortín del sello amarillo, en momentos donde gobernadores como Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Nacho Torres (Chubut) analizan una estrategia más alineada a los mandatarios de Juntos por el Cambio.
“En 2024 vamos a cumplir 30 años como Ciudad autónoma y eso nos desafía a trabajar para que esa autonomía sea más plena”, dijo Jorge Macri en otro tramo del mensaje y dio acaso la principal definición que brotó en la Usina: “Avanzar sobre la gestión del Puerto”, que hoy depende de Nación. El otro golpe que pretende dar en una carta de negociación hacia Milei: la Inspección General de Justicia (IGJ) y, en menor medida, la terminal de ómnibus de Retiro. “Las empresas de la Ciudad las sigue manejando la Nación. Tenemos que poder manejar la IGJ, la oficina que supervisa las empresas. Y eso nos va a permitir recuperar la SAS y otros mecanismos para que sea más fácil crear empresas y dar trabajo”, subrayó. También dijo que “otro gran objetivo es crear un fuero laboral propio, moderno y ágil”, que favorezca la creación de empleo y limite la litigiosidad. Por supuesto, reiteró el reclamo de coparticipación.
Al finalizar el acto, la tensión se disipó y mientras buena parte de los asistentes partía raudo al cóctel, Bullrich salió hacia uno de los laterales, en donde estaba apostada la prensa. “No voy a hablar”, dijo rápida de reflejos, cuando la abordó un puñado de periodistas. Se fue por un ascensor escoltada por Eduardo Macchiavelli, del riñón de Larreta y uno de los armadores de Juntos por el Cambio en las provincias, con éxito en las elecciones para gobernador en varios distritos.
Fuente Ambito
