En un año donde se prevé que el gigante asiático demandará hasta un 7% más de proteína animal, Uruguay podría enfrentar nuevas presiones en el mercado.
A partir del segundo semestre del año pasado, Bolivia comenzó de a aumentar de manera sostenida el tonelaje de carne vacuna exportada a la República Popular China, llegando a colocar en noviembre unas 9.600 toneladas de carne congelada con hueso, una cifra cercana a 9.747 toneladas que colocó ese mes Nueva Zelanda y las 11.133 de Estados Unidos.
Bolivia comenzó a experimentar un abrupto crecimiento en sus exportaciones anuales de carne bovina cuando irrumpió en el mercado chino en 2019. En ese año, las exportaciones a China significaron casi la mitad de envíos y le reportaron al país sudamericano unos 10,7 millones de dólares. En 2022, solo con las ventas a la nación asiática superó los 104 millones de dólares, y las cifras no paran de crecer.
Por su parte, Brasil, principal vendedor de carne a China, también prevé aumentar sus colocaciones durante este año, ya que se espera que país asiático demande hasta un 7% más de proteína animal que en 2023, por lo que Uruguay podría enfrentar aún más presiones en este mercado tan importante para el país.
Brasil espera que sus exportaciones crezcan hasta un 3%
Brasil estima que sus ventas de carne vacuna a los mercados extranjeros crecerán entre un 2% y un 3% gracias al estímulo chino. Entre enero y noviembre del año pasado, el vecino de Uruguay exportó la friolera de 2,3 millones de toneladas, según la Associação Brasileira de Frigoríficos (Abrafrigo).
El producto estrella del Uruguay está de cara a un panorama incierto en 2024, ya que aunque desde el sector esperan una mejoría, la carne vacuna se derrumbó un 15% en precios (promediando 4.201 dólares por tonelada) y un 4% en volúmenes durante 2023, algo que incidió fuertemente para que la facturación total de las exportaciones nacionales cayera hasta un 13% interanual.
Fuente Ambito
