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El dólar blue en Argentina subió por quinta jornada consecutiva y alcanzó un nuevo máximo de 1.225 pesos argentinos, a la par que los dólares financieros anotaron también un incremento y la brecha con el tipo de cambio oficial roza el 55%. Mientras tanto, en Uruguay se observa de reojo el comportamiento de los mercados del país vecino, en un momento en que el éxodo y el desvío de consumo se parecen haber normalizado durante la temporada de verano. La incógnita, en tanto, es qué pasará en marzo.
La tendencia en el dólar paralelo o blue en Argentina es claramente alcista: en las últimas cinco jornadas anotó subas y récords por igual, hasta llegar al cierre de ayer a un nuevo valor máximo de 1.225 pesos. En paralelo, los dólares financieros —como el MEP y el contado con liqui (CCL)— también se dispararon casi 60 pesos tras la liberación de dólares por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para los importadores.
Esta situación genera incertidumbre no solo en el país vecino, por el impacto económico que, inevitablemente, tendrá a nivel local; sino también en Uruguay, donde la evolución de la diferencia cambiaria es clave para la estabilidad propia luego de un año en el que el desvío del consumo hacia una Argentina muy barata en dólares para los uruguayos impactó fuertemente a nivel fiscal y de empleo.
El dólar blue sube a la expectativa de una nueva devaluación
Entre analistas y especialistas del otro lado del Río de la Plata, hace rato que se viene hablando de una inevitable devaluación, luego de que la primera llevada a cabo el 13 de diciembre —que llevó el dólar oficial de 366 a 800 pesos argentinos de un día para el otro— fuera absorbida por el importante aumento de precios y la consecuente inflación que quitó competitividad al tipo de cambio.
Ahora, la tendencia alcista del dólar blue encuentra explicación, entre otros factores, en las expectativas del mercado a esta nueva devaluación que, según los relevamientos, podría ocurrir entre marzo y abril.
Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) publicado por el BCRA recientemente, el dólar oficial sería de 870 pesos en febrero, mientras que en marzo tendría un ajuste de casi el 15%, alcanzando un valor de 995 pesos.
En paralelo, el mercado de futuros desconfía tanto del ritmo del 2% del crawling peg —demasiado lento para el ritmo de la inflación, lo que generaría un atraso cambiario mayor— como de la capacidad del gobierno argentino para atraer dólares, si bien en el segundo bimestre se espera un flujo fuerte de divisas por la cosecha. Para los operadores, el tipo de cambio llegará a 1.087 pesos en abril; y los contratos de futuros del Matba Rofex subieron entre un 2% y un 4%.
¿Qué puede pasar en Uruguay?
En Uruguay, lo que sucede del otro lado de la frontera a nivel económico y cambiario no es menor: el gasto de uruguayos en el país vecino durante el 2023 fue mayor a los 1.000 millones de dólares, según las estimaciones del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED); y el 80% de los viajes al exterior desde el país fueron hacia Argentina.
Si bien la temporada de verano —junto con la devaluación del peso argentino, algunas semanas de estabilidad en el dólar blue y el fuerte aumento de los precios que desincentivaron los cruces— no está siendo escenario del éxodo que se había convertido en habitual, en tanto los uruguayos eligieron destinos como Brasil o el Caribe para vacacionar ante la mejora del poder adquisitivo; crece la duda sobre qué podría llegar a pasar en marzo, cuando llegue el momento de volver a la rutina, comiencen las clases —y las compras y gastos asociadas a ellas— y se acerque la Semana de Turismo.
Ante la perspectiva de una nueva devaluación en Argentina para esas fechas y, mientras tanto, la persistencia en la escalada del tipo de cambio paralelo —además de una hipotética suba en niveles similares al del dólar oficial si el gobierno devalúa—, genera preocupación que la diferencia cambiaria vuelva a incrementarse y el país vecino sea, una vez más, el destino favorito de uruguayos y su consumo.
De todos modos, habrá que contemplar también el impacto que la eventual devaluación del peso argentino tendría en los precios: basta que con ver lo que sucedió en diciembre, cuando la inflación hizo que, a pesar de la brecha en el tipo de cambio, el mercado argentino no fuera tan atractivo para la billetera uruguaya, sobre todo en lo que a los combustibles respecta.
En ese sentido, y según adelantaron a Ámbito desde el Observatorio Económico de Salto de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), la brecha de precios se redujo considerablemente entre el ajuste cambiario y el salto inflacionario en Argentina. Los resultados oficiales del relevamiento se conocerán en los primeros días de febrero.
Por lo tanto, es posible esperar que el impacto de un mayor aumento del dólar blue no sea tan fuerte como sí sucedió durante el año pasado ya que, sin un gobierno que contenga el traslado de la devaluación a los precios, la inflación compensará la suba del tipo de cambio paralelo en su influencia en la diferencia cambiaria entre ambos países.
Fuente Ambito