La Bicameral de Inteligencia: otro capítulo de la guerra fría entre Villarruel y Milei

Si Victoria Villarruel fuera senadora, reconocen en su entorno, buscaría presidir la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de Organismos de Servicios de Inteligencia, que tiene la misión de ejercer la fiscalización parlamentaria sobre el aparato de espionaje estatal. No puede porque es la vicepresidenta y, como representante del Ejecutivo ante el Senado, había pactado que la conducción quedara en manos de un senador del PRO. «No fue un acuerdo con (el expresidente) Mauricio Macri sino con la mayoría que nos permitió llegar a 39 votos sin el kirchnerismo», argumentan cerca de la titular del Senado para volver a tomar distancia de la postulación del senador peronista Edgardo Kueider, que habría negociado su designación con la Casa Rosada.

La pelea que se viene por el control de esa comisión pasó a un segundo plano. El foco se lo llevaron los tironeos públicos entre la vice y Karina Milei sobre el vínculo diplomático con Francia, pero la tensión por la bicameral de Inteligencia es sólo el anticipo de los crujidos que se avecinan apenas concluya el receso invernal y vuelva a quedar al desnudo que la relación entre Villarruel y el presidente Javier Milei sigue virtualmente congelada, con una guerra fría de sus segundas líneas.

Ambos volverán a verse este domingo. Será para inaugurar la edición 139 de la exposición ganadera que realiza la Sociedad Rural Argentina dentro del predio que ocupa en el barrio porteño de Palermo. En el Senado abrían apuestas imaginarias sobre la ubicación de los invitados especiales en el acto de apertura. La opción que más chances sumaba era una escena fría y sin Milei sentado al lado de Villarruel, aunque el libreto final será definido por la Casa Rosada, donde esta semana se encargaron de remarcar que la vicepresidenta está virtualmente afuera del perímetro de poder que rodea al presidente. Los dardos que llegan al primer piso del Senado ya tienen remitente. «Santiago Caputo es Javier.  No se corta sólo y esta semana la trataron de renunciar por televisión», lamentó un senador del oficialismo que le cuida las espaldas a la vicepresidenta. En el pequeño bloque de siete voluntades, los que hablan con la titular del Senado opinan que la escalada del conflicto con Francia fue parte de una decisión deliberada de la Rosada por esmerilarla.

“El presidente Macron se tomó un momento para agradecerle directa y especialmente a la señora Karina Milei por sus palabras la semana pasada, en ocasión de la polémica por los cánticos deportivos y el desafortunado tuit de la vicepresidente. Dijo personalmente que había apreciado su intervención”, explicó este viernes el vocero presidencial Manuel Adorni.

Fue el dato más sorprendente que aportó sobre la breve reunión que tuvieron Milei y su hermana con el mandatario francés antes de la apertura de los Juegos Olímpicos en París. Cerca de la vice aseguran una mirada divergente y hablan de «conductas esquizofrénicas» de un entorno presidencial que primero busca bajarle públicamente el tono al entredicho francés, pero al mismo tiempo intensifica la guerra fría dentro del Gobierno contra la titular del Senado. «(La canciller Diana) Mondino dijo que nunca recibió una queja por las declaraciones de Victoria y el embajador Romain Nadal tampoco llamó a ningún funcionario argentino», contestó a Tiempo una alta fuente parlamentaria para justificar la sorpresa que tuvo Villarruel cuando se enteró de las declaraciones de Adorni. La vice no acepta que el tuit que lanzó para respaldar los cantos xenófobos de la Selección Nacional pudo haber generado un problema diplomático. Cree, por el contrario, que el entorno presidencial es el más interesado en echarle leña al fuego y por eso se prepara para resistir la nueva lluvia ácida mientras se acercan jornadas de definiciones para el oficialismo en el Senado.

En los días más fríos de Julio, el secretario de Justicia, Sebastián Amerio, anduvo por distintos despachos de la Cámara Alta. Está preparándose para las audiencias públicas que afrontarán los dos candidatos del Ejecutivo para ocupar la Corte. El juez federal Ariel Lijo defenderá sus antecedentes el 21 de agosto para ocupar la vacante que dejó Elena Highton de Nolasco y el académico Manuel García Mansilla hará lo propio una semana después, para reemplazar al ministro  Juan Carlos Maqueda, que a fin de año cumplirá el máximo de edad para ser cortesano. El funcionario es el virtual conductor del Ministerio de Justicia que encabeza Mariano Cúneo Libarona y responde a Caputo. Los mismos negociadores que ya recibieron los llamados de Lijo ahora anticipan que quizás el Gobierno acepte despegar las dos nominaciones. Al principio hablaron de conseguir los votos «para los dos o no sale ninguno» y ahora estarían más volcados a conseguir el nombramiento de Lijo antes de la primavera y después ver cómo sigue la negociación por García Mansilla, a quien le juega en contra su activa militancia antiabortista y el vínculo con el Opus Dei.

La llave final de la negociación la tendrá Villarruel, pero en un escenario enrarecido con nuevos obstáculos. A la disputa por la constitución de la Bicameral de Inteligencia y su presidencia, se sumó el DNU 656/24, que a partir del 19 de julio amplió el presupuesto de la SIDE en 100.000 millones de pesos, con carácter reservado. La Bicameral no está acéfala porque fue creada por la ley 25.520 en 2001. Actualmente sigue encabezada por el diputado Leopoldo Moreau, de Unión por la Patria, y esta semana hubo un intento para reunir a sus miembros que alertó al oficialismo, temeroso de un revés político a partir del escándalo que desató la millonaria ampliación de fondos. El estado asambleario de esa bicameral podría reconducirse si se define rápido al próximo titular, pero los tironeos entre el Senado y la Rosada podrían fragilizarlo todo. En Diputados, tanto la Coalición Cívica como una parte de Hacemos Coalición Federal, presentó dos proyectos para anular el DNU 656/24 porque se arroga una facultad que la Ley de Administración Financiera no le permite. Son dos bloques aliados esquivos del Gobierno y los mismos que, hasta ahora, han decidido darle vida a otro decreto clave. El DNU 70/23 fue rechazado por el Senado y la bronca que hay por los gastos reservados de la SIDE podrían cruzar dos cables de alta tensión en la bicameral de Trámite Legislativo y complicar los planes del oficialismo.

Fuente Tiempo Argentino

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